La amnistía de AMLO, error o estrategia, pero error
Lo que une y mueve al PAN es la derrota; a Morena, el fraude yalPRI, lavictoria. Florestán
El sábado, en Tixtla, Guerrero, Andrés Manuel López Obrador planteó la posibilidad, de ganar las elecciones presidenciales el 1 de julio, de decretar una amnistía—perdón y olvido— a los jefes de la delincuencia organizada para ayudaraquehaya pazenelpaís y al mismo
tiempo exigir a Estados Unidos que lleve acabo campañas para aminorare luso de drogas.
La propuesta del próximo candidato presidencial de Morena tuvo un rechazo generalizado, no unánime, porque su feligresía le celebra todo, pero sí de un amplio sector de la sociedad cuyos votos busca y necesita.
Entre las reacciones, escuché todo tipo de des calificaciones, siendo el más común la de locura: es una locura, otra locura de López Obrador.
Para mí no fue una locura, fue un error, y es peor porque, por ejemplo, pregunto: los empresarios que lo apoyan, que van a comidas privadas que ellos mismos convocan, que le otorgan sus firmas, ¿están de acuerdo con la amnistía a los jefes del crimen organizado, a los narcotraficantes, secuestradores, sanguinarios asesinos, autores de masacres, desaparecidos, de luto en los hogares, de la drogadicción de cientos y cientos de miles de jóvenes?
Porque si no lo están, tampoco lo han expresado, como otros sectores y personajes que se han pronunciado en contra.
Dicho esto, Rubén Cortés, director de La Razón, estuvo en desacuerdo ayer en Radio Fórmula. Me dijo que no era un error de López Obrador anunciar la amnistía a los jefes del crimen organizado, que era una estrategia para atraer a su base social en estados donde el narcotráfico la tiene y Morena no, como Durango, Sinaloa, Nayarit, Sonora, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Veracruz, entre algunos.
Y aceptando, sin conceder, que sea estrategia, para mí no deja de ser un error de esos que cuestan votantes, no de su congregación, pero sí de los que busca afuera si de verdad quiere evitar una tercera derrota electoral. Por eso, reitero, fue un error. Pero allá cada quien los suyos, que yo con los míos tengo y me sobran para repartir.