Porqué José Antonio Meade
Desde el arranque del sexenio Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong formaron parte del círculo más cercano del presidente, sin embargo por su desempeño y por las circunstancias políticas de la hora el PRI tomó la decisión de postular a José Antonio Meade como candidato presidencial porque garantiza la continuidad de un proyecto que busca distanciarse de la corrupción y de los altos índices de violencia que sacuden al país.
Ahora que la credibilidad del partido gobernante está en el piso, que la impunidad no cede y la violencia desangra a la nación, la figura de Meade impacta tanto porque se le asocia con la estabilidad económica y la modernización como por encarnar la imagen de un político independiente, honesto, de perfil técnico y con voluntad de consenso. No parece ser un hombre de ambiciones afirma Enrique Berruga Filloy “ni en el terreno del poder ni en el de la acumulación de riqueza”.
Es el único miembro del gabinete que ocupó tres carteras en este sexenio y se desempeñó como titular de Energía y Hacienda en el Gobierno panista de Felipe Calderón. Dos administraciones distintas en las que ha participado sin significarse ideológicamente pero que le favorece en un escenario de desapego global hacia la clase política del que nuestro país no es ajeno.
La opción Meade es atractiva no solo para los priistas sino para no pocos mili- tantes desencantados del PAN, del PRD y “de ese México satisfecho con el país” como opina Jesús Silva-Hersog. Será el candidato antagónico de López Obrador quien sistemáticamente golpea a todas las formaciones políticas con el estribillo de la “mafia del poder”.
Con los conflictos internos del Frente Ciudadano por México todo parece indicar que la confrontación electoral se dará entre dos proyectos de nación: el de la continuidad responsable representada por Mead y la ruptura mesiánica de AMLO, la sensatez frente a la incertidumbre, “el cambio de rumbo” o “el salto al vacío”. Un duelo histórico en el que el voto mayoritario de los mexicanos tendrá la última palabra.