Una nueva era
para que usted, se quede donde se quede, siempre esté viendo a un punto privilegiado.
Y hay habitaciones para familias con niños pequeños, y otras para familias con adolescentes, y están las que permiten tirarse de la terraza al río, las que están hechas para la gente que solo quiere fiesta y más, muchas más.
No, y no le he hablado de lo que Hotel Xcaret México tiene preparado para bodas, grupos y convenciones.
Lo único que no está incluido es el spa y un restaurante de lujo del gran chef mexicano Carlos Gaytán. Pero esto es un paraíso bellísimo y, lo más admirable, que respetó el entorno.
Fueron más de nueve años de investigación más otros dos de construcción para que el árbol que había nacido ahí se quedara ahí, para que las corrientes de agua no cambiaran de curso y para que no se dañara ni un solo animal.
No sabe usted el privilegio que fue haber estado con nuestras autoridades y con los socios fundadores de esta joya en la inauguración de este lugar que, además, tiene precios ciento por ciento competitivos con el resto de los resorts de la zona.
Fuimos del acto protocolario a cualquier cantidad de fiestas, del arte de Alondra de la Parra a la música del mariachi, del mapping de una de sus estructuras más representativas a los fuegos artificiales, y me quedo corto.
Así son los señores de Xcaret. Así es el nuevo Hotel Xcaret México. Por favor, guarde esta columna y sáquela en un par de años. Este es el comienzo de una nueva era en la industria turística nacional. Qué honor haber testigo de este acontecimiento histórico. ¡Felicidades!