LA ETERNA INVENCIÓN
Con un legado impresionante, desde sus inicios en 1962 en la Experimental Band de Muhal Richard Abrams y en los diferentes grupos de la Asociación para el Desarrollo de los Músicos Creativos (AACM), su paso por el Art Ensamble of Chicago y una trayectoria solista cimentada en la investigación del sonido, Roscoe Mitchell siempre ve hacia el futuro. Recientemente tuvo que dejar su puesto como maestro en la Universidad Mills de Oakland por problemas de presupuesto. El saxofonista y flautista aseguró que no estaba enojado. “Me importa más lo que pueda ocurrir con la universidad y con los profesores que recibieron la misma carta que yo. En este punto de mi vida una de las cosas que más me interesa es aprender”.
Mitchell se presentará en Ciudad de México con el Chicago Underground Duo como parte del Festival Aural el 15 de diciembre a las ocho de la noche. En el concierto que se realizará en el Anfiteatro Simón Bolívar también participará el multinstrumenista Marcos Miranda.
Para el músico, “la AACM, el Art Ensamble y todos estos grupos provienen de una gran sombrilla. Todo empezó con la Experimental Band de Muhal Richard Abrams. Luego se juntaron una bola de músicos que tenían una visión de lo que querían hacer: apoyarse los unos a los otros y hacer conciertos de su propia música, mantener un programa de formación para músicos jóvenes y conciertos de intercambio con músicos en otras ciudades. Ese es el camino: te va mejor cuando eres independiente”.
A pesar de la muerte de dos de sus integrantes, Lester Bowie y Malachi Favors, y el retiro de Joseph Jarman, el Art Ensamble of Chicago sigue adelante. En octubre Mitchell se presentó con Famoudou Don Moye, otro de los miembros originales, más Hugh Ragin y Junius Paul. “Nunca he intentado parar. Cuando empezamos el Art Ensamble nunca intentamos parar. Tuvimos la tragedia de las muertes de dos de nuestros integrantes, pero sé que ellos estarían diciendo lo mismo que yo. Seguimos”.
Conocido por su apetito por tocar siempre con un espíritu innovador, Mitchell afirma: “Para mí la música nunca se detiene, es un proceso de aprendizaje todo el tiempo. Siempre he pensado que necesitaría más de una vida para saber de música como quisiera saber. Siempre veo hacia lo que quiero hacer adelante. Para ser buenos improvisadores, yo les digo a mis alumnos que estudien música, que estudien composición. La composición debe estudiarse como un prólogo a la improvisación porque la buena improvisación realmente es composición espontánea. Los buenos músicos podrían ser pintores o escritores, todo está conectado”.