Cambiar y crecer
El desarrollo humano, conocido también como superación personal, crecimiento personal, cambio personal o desarrollo personal, es un proceso de transformación, que nunca es fácil pero posible, mediante el cual una persona adopta nuevas ideas o formas de pensamiento, es decir modifica su sistema de creencias, que le permiten generar nuevos comportamientos y actitudes, que dan como resultado un progreso y mejora en su calidad de vida.
Para iniciar un proceso de crecimiento personal, la condición necesaria es estar en un estado de insatisfacción o estar pasando por un cierto grado de insatisfacción o descontento con lo que hacemos y como no sentimos, o estar en una situación de vida lo suficientemente incómoda; sin embargo, el impulso y requisito de mayor importancia es tener la determinación de hacer algo distinto con nuestra vida; desear salir de nuestra zona de confort, pasar hacia un modo de vida que genere mayor satisfacción y ventura.
La clave del proceso de desarrollo humano es tomar conciencia de que la calidad de vida que ahora tenemos, es el resultado de pensamientos y actitudes que hemos mantenido hasta el día de hoy, estos pensamientos y actitudes son generados por las creencias que aprendimos o nos fueron inculcadas principalmente por nuestros padres o familiares cercanos y que hemos asumido en el transcurso de nuestra vida.
En consecuencia: mantener las mismas creencias, nos generará los mismos pensamientos y actitudes, que a su vez continuarán generando los mismos resultados que ahora tenemos, si continuamos haciendo las cosas como siempre las hemos hecho, obtendremos los mismos resultados. Así pues, para iniciar o no un proceso de desarrollo personal, habrá que revisar bien nuestras creencias.
Las creencias son poderosas y poco conscientes, algunas son limitantes como: “En la economía de hoy no se puede triunfar” “Se necesita suerte para conseguir empleo” “Es muy difícil y no voy a poder lograrlo” “Soy muy viejo para empezar” “No tengo un título universitario” “Eso sólo se logra ilegalmente” y otras estimulantes como: “El pasado no es igual al futuro” “Siempre hay un camino si hay compromiso” “No hay fracasos, sólo resul- tados” “siempre que aprendo algo estoy teniendo éxito” “Encuentro alegría en las pequeñas cosas” “Doy más de mí mismo a los demás de lo que nadie espera” “Yo creo mi propia realidad y soy responsable de lo que creo” “Si estoy confundido, es que estoy a punto de aprender algo”.
Si no prestamos atención a las creencias que albergamos, podrán llegar momentos que los cambios no serán posibles y a veces el cambio es la única opción. El origen de las situaciones de nuestra vida que no nos gustan, está dentro de nosotros en forma de creencias poco conscientes o inconscientes; la tarea es hacerlas conscientes y modificarlas o cambiarlas si es necesario. Cuando cambiamos la forma en que vemos al mundo, el mundo cambia de forma.