Capella: en Temixco no hubo ejecuciones extrajudiciales
QUE INVESTIGUEN ORGANISMOS NACIONALES E INTERNACIONALES, PROPONE Víctor Hernández, abogado de los familiares, aseguró que las víctimas tienen heridas de bala en el cráneo, de lo que responsabilizó a los policías
lberto Capella, comisionado de Seguridad de Morelos, aseguró que el enfrentamiento en Temixco entre policías estatales y presuntos integrantes de una banda criminal, donde murieron cuatro mujeres, un menor de 13 años y una bebé de tres meses, no se trató de una ejecución por parte de los policías.
El funcionario pidió la participación en el caso de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otras organizaciones nacionales e internacionales que estén interesadas en el asunto.
En entrevista con Carlos Puig, para MILENIO televisión, Capella relató cómo ocurrió a balacera la noche del 30 de noviembre, resultado de un operativo policiaco implementado contra una presunta célula del cártel de Jalisco Nueva Generación.
Sostuvo que es “totalmente falso” que los uniformados hayan dado el tiro de gracia a los presuntos criminales e informó que, no obstante, se abrió una investigación contra los policías en la Dirección de Asuntos Internos de la corporación.
Además, aclaró que no se destituyó a la titular del mando único de Temixco, Catalina Laurel Galicia, sino que fue retirada de su cargo para protegerla tras la aparición de una narcomanta con una amenaza contra ella y de otros policías, a quienes “se puso precio a su cabeza”.
Previamente, en entrevista con Azucena Uresti, también para MILENIO Televisión, el abogado de los familiares de las víctimas, Víctor Hernández, atribuyó las presuntas ejecuciones a los policías y aseguró que cuatro tienen tiros en el cráneo. “A quien se le puede atribuir esta situación es a la policía. La policía es la que declara, la que hace un informe pericial homologado, donde dice que ellos son los que entran al domicilio, los que disparan armas de fuego. No pueden atribuirle a nadie más que a la propia policía”, acusó el abogado.
Además, afirmó que se encontraron huellas de saqueo, chapas forzadas y que afuera del domicilio se encontraron cartuchos percutidos de armas largas. La presencia de los policías en el lugar se debió, según las primeras versiones oficiales, a que previamente habían detenido al hijo de un hombre identificado como El Crispín y había un señalamiento concreto contra ese domicilio por ser una aparente casa de seguridad con personas secuestradas.
Capella relató que al llegar al sitio se dio un forcejeo entre un policía y uno de los cuatro individuos que estaban afuera de la casa, quienes corrieron hacia adentro, apagaron las luces e iniciaron un tiroteo.
Explicó que los policías ingresaron al domicilio para “salvaguardar la identidad del compañero” con el que habían forcejeado, por lo que quedaron en medio de dos líneas de ataque. “Los elementos están en la oscuridad, desconocen quiénes están ahí, están siendo atacados por dos líneas distintas de fuego y ellos repelen la agresión. Y al repeler la agresión, lamentablemente es donde pierden la vida estas personas”, explicó.
Ninguno de los uniformados murió y, de acuerdo con los peritos, ninguno de los policías ni de los siete detenidos tenían rastros de rodizonato en las manos.
Capella puntualizó que esto no necesariamente significa que no hayan disparado, sino que por el tiempo transcurrido existen factores químicos, como el sudor, que hacen que la sustancia se desvanezca.
Agregó que, según los testimonios de los policías, un presunto capo, José Alberto Valdez, Elseñordela V, se refugió en un baño en donde estaban todos sus familiares y que cuando decidió entregarse, salió con su hijo de tres años en brazos y con un teléfono. En la entrevista, Carlos Puig cuestio- nó a Capella sobre las acusaciones formuladas por el abogado. —Hay tiros al cráneo, es decir, fueron ejecuciones, es lo que se está diciendo. Antes se decía que había tiros pegaditos, ejecuciones, tiros de gracia....
—Eso es totalmente falso. Estoy convencido que esto se aclarará, no por instancias de Morelos, pues he pedido la intervención de organismos nacionales o internacionales de derechos humanos que puedan supervisar tanto las partes de periciales, como el proceso de investigación que lleva el ministerio público, porque no le tememos a nada, hay una situación importante— aseguró el funcionario.
Agregó que “esto tiene que ser completamente transparente por el bien de los policías que participaron, por el bien de la sociedad morelense y lo que no hay que perder de vista es la identidad y la peligrosidad del sujeto que es liberado por un juez”.
El presunto capo ya se había enfrentado con la policía estatal en al menos dos ocasiones, según informó Capella. La primera, en 2015, y la segunda el 14 de enero de 2017, cuando se le decomisó un arsenal y se le detuvo junto con otras cuatro personas. Sin embargo, salió libre. Además, se le presume vinculado al homicidio de un policía. “No entendemos la razón de cómo, con esas características, el personaje otra vez anda en la calle”, dijo el comisionado.
El lunes pasado, el presunto capo y otros tres detenidos fueron liberados por un juez local.