Gilberto Orozco, medio siglo como zapatero
Jorge Maldonado/
Como zapatero, Gilberto Orozco ya tiene 50 años de experiencia, un oficio que dice se va extinguiendo, pero que a su vez sigue siendo necesario para muchos ciudadanos.
Al paso del tiempo el oficio de zapatero se ha ido relegando ante nuevas opciones de crédito para la compra de calzado nuevo en zapaterías mediante la expedición de ‘vales’, lo cual genera que las personas compren zapatos nuevos en lugar de mandar a repararlos.
“Puede ser que este sea un oficio en peligro de extinción, pero en los 365 días del año siempre hay alguien que requiera que se le repare su zapato o sandalias, que son las que más se reparan en tiempo de calor”, señala don Gilberto Orozco.
Indica que la labor de crear, reparar o restaurar calzado es un empleo que las nuevas generaciones ya no toman en cuenta para dedicarse a ello. “Los zapateros que quedamos venimos siendo de los últimos que puede haber ya que, al contrario de lo que pasaba en nuestra época, nuestros hijos y nietos ya no están interesados en dedicarse a este oficio”.
Los trabajos que realiza son hechos a mano con la ayuda de pegamento, hilo de cáñamo, sin faltar la aguja zapatera y con gancho con la que reparan principalmente las costuras del calzado.
Ante todo, considera que la gente sigue valorando el trabajo que realiza como zapatero pues los años de experiencia generan que aún exista gente que acuda a que le reparen algún daño en los zapatos, tenis, sandalias y botas de todos los tamaños, formas y material.
Actualmente trabaja en el Mercado José Ramón Valdez en el que ya lleva 17 años de los 50 que tiene como reparador y creador de calzado.