En su gira por
Monterrey, la comunidad LGTB pide al precandidato garantizar en su agenda la diversidad sexual
La pregunta a José Antonio Meade fue clara y sin filtro: “¿Habrá congruencia con la ideología socialdemócrata del PRI para abanderar a los putos y las lesbianas?”.
La respuesta del precandidato fue enfática y amenazante: “Nos apegaremos al artículo primero de la Constitución que obliga y centra el respeto a los derechos humanos. El respeto será el centro de este partido y de todo, el que no respete está fuera”.
Meade visitó territorio independiente, territorio bronco, donde se encontró unos priistas regiomontanos fríos como su clima, pero dos sectores: los jóvenes y la comunidad lésbico-gay acalorados.
El invierno llegó a Monterrey, Nuevo León, al Centro de Convenciones Cintermex desfilaban las chamarras rojas que portaban los integrantes de los sectores y organizaciones priistas.
La algarabía del presentador no pasaba del micrófono, los priistas ahí apostados preferían estar sentados con los brazos cruzados.
Tras hora y media de esperar al precandidato del PRI-Verde-Panal sonaron los acordes del “Corrido de Monterrey” en su versión banda, con lo que se anunciaba la llegada del ciudadano Meade.
Tras la pasarela de abrazos, besos, selfies y saludos, Meade, su mujer Juana Cuevas y el presidente del Comité Ejecutivo Estatal, Pedro Pablo Treviño, levantaron las manos en medio del escenario principal.
Tras varios minutos en los que presentó su posicionamiento político, permitió los cuestionamientos de la El aspirante a la Presidencia estuvo acompañado por su esposa. militancia. Jesús Elizondo, joven regio, integrante de la red priista 2030, fue el primero en darle un poco de calor a la jornada: “Señor, hace 17 años vino aquí Labastida y los jóvenes de Monterrey fuimos claros, sin neta, no hay voto. Acuérdese que uno de tres votos de la próxima elección son de los jóvenes. Le pedimos una política distinta y juvenil”.
A lo que Meade reviró: “No solo un voto de cada tres son de ustedes, sino que una de cada tres candidaturas serán para los jóvenes en el PRI…”
Y no acaba su respuesta cuando salieron a relucir las banderas de la comunidad lésbico-gay mientras gritaban “¡respeto a la diversidad!
Mario Rodríguez, quien encabezaba el contingente lésbico-gay, pidió la palabra y fue Meade quien le cedió el suyo: “A ver, Pepe. Soy una persona que tiene 35 años militando en el PRI, tuvimos que llegar a esto porque en el frente excluyeron de la agenda el tema de la diversidad sexual. Mi pregunta es muy sencilla: mi partido, en el cual te asumiste como candidato, dice en el artículo 1 que es un partido socialdemócrata, ¿Habrá congruencia con el partido para abanderar a putos y lesbianas?”.
Tras en un silencio de apenas unos instantes, brotó una sonrisa de Meade, quien retomó su micrófono y respondió: “Vale la pena ser muy claro. El artículo primero de la Constitución obliga y hace que todo gire en torno a los derechos humanos. El respeto será el centro de la agenda del partido y de todo, el que no respete está fuera”, lo que hizo estallar a los priistas y provocó la ovación de los presentes.
Para evitar la contrarréplica, volvieron las estrofas: “Tengo orgullo de ser del norte, del mero San Luisito, porque de ahí es Monterrey…”, tierra bronca, que increpó a Meade y que supo capotear.