EL NYT DESPRECIA EL DERECHO DE RÉPLICA Y AVALA INFUNDIOS
El New York Times publicó ayer un texto sobre el gasto del gobierno en publicidad para los medios de comunicación, para el que la reportera Paulina Villegas consultó a MILENIO, entre otros grupos, con un cuestionario de cuatro preguntas dirigidas a Alfredo Campos Villeda, director editorial, a responder a más tardar el 21 de diciembre.
Se le contestó el 19 de diciembre a las 10:48 pm con un documento firmado por Carlos Marín, director general editorial, más un anexo consistente en la respuesta institucional que el caso en cuestión ameritó en su momento.
Sin embargo, el autor del texto del Times, Azam Ahmed, que contó con la colaboración de la citada Paulina Villegas, según se lee al final, omitió integrar las respuestas que pidió a MILENIO, aunque sí le dedicó tres párrafos a dar por buenas sus suposiciones (pues no presentó prueba alguna) sobre vaguedades como “fondos sustanciales”, “protesta pública” y “quejas de defensores de la democracia”, además de integrar solo dos palabras de la respuesta, por lo que aquí se reproduce la carta íntegra firmada por Carlos Marín y el anexo que en su momento se publicó sobre el tema.
RESPUESTAS
Sorprende que la reportera Paulina Villegas, con el respaldo de su jefe de la corresponsalía, Azam Ahmed, formule preguntas a partir de una lamentable concepción del periodismo, pues hace evidentes los prejuicios que motivan su interés acerca del incidente ocurrido hace más de un año (vaya idea que tienen de la oportunidad).
Aquel fue un deplorable trabajo que nos fue presentado por una ex colaboradora y su editor de entonces, mucho más activistas que periodistas, como “reportaje”, y que no fue otra cosa que vulgar periodicazo, razón por la que ella renunció y su esposo fue despedido.
En MILENIO privilegiamos el derecho de réplica y la visita de la ex secretaria se explica porque se publicaron informaciones inexactas de su gestión, formulando interpretaciones carentes de sustento, en las que se mezclaron datos ciertos con falsos (entre otras mentiras, se afirmaba que para la realización del trabajo fueron consultadas ¡300 MIL bases de datos!, tarea imposible de realizar inclusive para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Deploro que en las preguntas se insinúe “censura” (el texto se publicó íntegro en las plataformas digital e impresa, y su versión televisiva en el noticiario nocturno) o “intimidación” cuando se trató de un simple ejercicio del derecho de réplica y, por lo mismo, a las insidiosas preguntas 3 y 4 respondo solo que la independencia editorial del Grupo MILENIO es verificable en todas nuestras plataformas.
Anexo la explicación que dimos entonces: “A PROPÓSITO DE LA NOTA DE LA CRUZADA CONTRA EL HAMBRE” Grupo MILENIO 18/03/2016 02:55 AM En junio del año pasado, Grupo Edi- torial MILENIO lanzó una iniciativa de periodismo de datos llamada
Milenio/DataLab para todas sus plataformas informativas.
Desde entonces, el equipo dedicado a este género periodístico ha realizado y publicado una veintena de reportajes con temas tan variados como los problemas del agua en la Ciudad de México, el aumento del crimen en los llamados pueblos mágicos, la violencia contra las mujeres o cómo los carteros han sobrevivido en la época de internet.
El pasado lunes 7 de marzo, en la junta editorial diaria, la subdirección de información anunció un reportaje sobre fallas en el enfoque y la ejecución de la Cruzada contra el Hambre.
Después de un amplio debate en esa reunión, en el que se expresaron algunas dudas sobre la solidez del trabajo, se decidió publicarlo porque, como parte del reportaje, se había entrevistado al secretario técnico de la Cruzada, es decir, se le daba voz a la parte aludida en la nota. Esa misma noche se presentó el reportaje en Las10 de MILENIO Televisión y en MILENIO Digital.
Al día siguiente se publicó en la primera plana del impreso con el título La cruzada contra el hambre
se queda corta, y tuvo el lugar principal de la página de milenio. com durante todo el día con el encabezado El (falso) éxito de la
Cruzada contra el Hambre: fue la nota más vista de la jornada.
Desde la mañana del martes, funcionarios del gobierno federal, incluida la titular de la Sedatu, Rosario Robles (antes de la Sedesol y, por lo tanto, de la Cruzada en el tiempo al que se refirió el reportaje), anunciaron que tenían serias objeciones y que en la tarde nos presentarían sus argumentos.
Dos funcionarios se sentaron con una reportera y un subdirector de MILENIO. Presentes estuvieron también dos integrantes del equipo de Milenio/DataLab. Los funcionarios entregaron una carta del secretario técnico entrevistado en el reportaje, quien corregía y aclaraba las declaraciones que se le atribuyeron en el texto original.
Ante el cúmulo y la complejidad de las aclaraciones, se decidió la noche de ese martes quitar la nota de nuestra página electrónica.
El miércoles 9, como lo hacemos con cualquier otra información, y en concordancia con la de DataLab, se publicó la réplica en la primera plana del periódico y fue colocada en milenio.com.
En la tarde del mismo miércoles se reacomodaron en DataLab de MILENIO Digital tres materiales: el reportaje original íntegro, la metodología utilizada y la réplica.
Por un error de comunicación interna, durante una hora el reportaje original tuvo una cabeza fallida. Los tres materiales siguen, a la fecha, publicados en milenio. com, para quien quiera consultarlos y normar su propio criterio. La coordinadora de Milenio/
DataLab expresó su desacuerdo con la manera como se atendió la respuesta de las autoridades y así lo expresó en plataformas diferentes a MILENIO, arguyendo “censura” y reprochando que las rectificaciones se publicaran en la primera plana, a pesar de que a orgullo tenemos privilegiar el legítimo derecho de réplica.
Tan no hubo censura que el texto se publicó en primera plana y continúa en milenio.com. El martes 15 renunció a Grupo Editorial MILENIO y al día siguiente la empresa decidió finiquitar la relación con su esposo, el subdirector responsable.
Desde el miércoles 9, MILENIO recabó las opiniones de expertos tanto en política social como en análisis de bases de datos. La lectura de esas opiniones nos indica que, aunque el reportaje contenía información relevante y novedosa, también tenía errores metodológicos que arrojaban, en consecuencia, conclusiones debatibles y afirmaciones que se prestaban a confusión.
Pero el análisis que más importa hoy a Grupo Editorial MILENIO y la secuela de este lamentable episodio es el de nuestros procedimientos internos para obtener, verificar y publicar información, y cómo debemos lidiar, de mejor manera, con las correcciones pertinentes.
Reconocemos que en este caso muchos de esos procesos no funcionaron y de esto no hay nadie a quien responsabilizar, sino a nosotros mismos. Por eso, frente a los lectores, a quienes nos debemos, ofrecemos una disculpa sincera.
Hasta aquí la respuesta de entonces.
Atentamente
Carlos Marín Director General Editorial Grupo MILENIO