RETO NIXTAMAL
Cuarenta por ciento ha disminuido el consumo de tortilla en los últimos 30 años debido a que los gourmetes aseguran que la tortilla actual es dura, insípida, con suavizantes y está muy industrializada. Para recuperar la demanda de tortilla con aplomo a nixtamal de verdad habrá que enriquecerla:
Vitamina T. Que no solo la vendan por kilo, sino que a partir de dos kilos regalen chicharrón y salsa verde para preparar unos sabrosos tacos placeros. Una caricia al paladar que combate el hambre.
Minerales. Habrá que enriquecerla con metales preciosos como oro y plata para que el consumidor la compre como inversión. ¡Vivan las tortillas, abajo el Bitcoin!
Fibra. Urge mezclar la masa con alcachofa, apio y semilla de lino para que alimente y limpie las entrañas. Esto coadyuvará a que la tortilla se convierta en un vehículo para erradicar la obesidad.
Denominación de origen. Al igual que tequila, la tortilla deberá contar con la indicación de procedencia para que el consumidor sepa que comerá una tortilla hecha con nixtamal puro y no con nixtamal madein China.
Certificación del IFAI. Si el comensal comerá unos chilaquiles hechos con tortillas industrializadas con harinas y aditivos que alteran su pureza, tiene derecho a saber que comerá una tortilla espuria.
Vitamina S de subsidio. Si no tienes para el papel, ¡que el Estado te lo pague! Las tortillerías podrían recibir apoyo para envolver de manera laica y gratuita los kilos de a kilo. Claro, siempre y cuando las tortillas cumplan con las especificaciones de preparación tradicional, es decir, sin conservadores ni colorantes.
Y que se inscriba con letras de oro en el muro de honor en la Cámara de Diputados: ¡Larga vida a la tortilla!