Milenio Laguna

Fernando Ocón, de oficio

Florista, comparte que las flores más codiciadas siguen siendo las rosas, del color rojo las más pedidas por los clientes

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De oficio florista desde hace 20 años, don Fernando Ocón se enamoró de uno de los más hermosos frutos de la naturaleza luego de ser invitado por un compañero para trabajar en una florería, acto que sirvió para saber a lo que se quería dedicar el resto de su vida.

“Hace 20 años que empecé en el arte de las flores y seguiré aquí hasta que mi cuerpo aguante, cuando a alguien le gusta su oficio no hay mejor sensación”.

Considera que es un oficio en donde pone a disposició­n de la gente arreglos que pueden representa­r la alegría de una pareja, una boda o quinceañer­a, pero también seriedad, respeto y tristeza en un arreglo fúnebre.

“Para mí una flor es algo que la naturaleza nos dio para aprovechar su belleza para conservarl­a en nuestros ojos como las cosas más bellas de la vida, por eso son comparadas con una mujer”, indicó don Fernando mientras acomoda una esponja seca para iniciar con un nuevo arreglo.

Las flores más codiciadas siguen siendo las rosas, del color rojo las más pedidas por los clientes, sin embargo don Fernando asegura que cada vez se piden con mayor frecuencia piezas exóticas como los tulipanes, los girasoles y alcatraces.

Sin duda alguna, para el florista la mejor temporada para la venta de su producto son los días previos al Día de San Valentín celebrado cada 14 de febrero en Fernando Ocón ve en el oficio de florista una fascinante forma de vivir y recibir una remuneraci­ón.

Para mí una flor es algo que la naturaleza nos dio, su belleza para conservarl­a en nuestros ojos como las cosas bellas”

donde llegan a vender hasta un cien por ciento más a comparació­n a otras temporadas del año.

Para mantener la belleza de una flor es necesario, aparte de agua, un lugar seco y fresco, además de aditamento­s al agua como conservado­res con el fin de mantenerla­s por mayor tiempo.

Señala que la calidad de la rosa es determinan­te para su precio al público, pero asegura que “en la cuestión de las flores siempre habrá para todo tipo de bolsillo y con la misma esencia que representa una flor”.

Ser florista le ha dejado sostener a su familia a pesar de que cada día incrementa la competenci­a y más en el centro de Gómez Palacio en donde en un diámetro de cien metros existen hasta 15 florerías.

“Por tanta competenci­a a veces se pone dura la situación pero de todos modos sigue comprando un detalle floral aunque sea una rosita o unos claveles, eso nunca se acabará”, aseveró Ocón.

Para un mejor servicio, indica que con sus 20 años de experienci­a puede conseguir con pedido previo las flores más difíciles de encontrar en la región a un buen precio.

“Nos debemos al cliente y al cliente lo que pida yo se lo consigo. Nada más que me den una hora y les tengo el tipo de flor que buscan”, manifestó al terminar su arreglo floral.

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