Sector rural clama en medio de la marginación, dice ONG
La asociación Dios es Clemente y Misericordioso, recibe donaciones de diferentes empresas y de la sociedad que se suma al apoyo
AIsis Rábago / diez años de iniciar con diferentes actividades altruistas en beneficio de sectores vulnerables como indigentes, personas de la tercera edad en abandono, y con discapacidad, Marcial Aguilar y Lucía Barbalena también se dieron a la tarea de acudir a comunidades del sector rural en donde han visto que en el transcurso de una década sigue permaneciendo la marginación.
Pese a los programas en materia de desarrollo social implementados por el gobierno en sus tres niveles, familias continúan padeciendo de la falta los servicios básicos como de alimento y ropa, y principalmente de alternativas laborales que transformen sus condiciones de vida, y sirva de aliciente para mejorar el futuro de las nuevas generaciones.
La asociación Dios es Clemente y Misericordioso, recibe donaciones de diferentes empresas y de la sociedad que se suma al apoyo, mismas que entregan a grupos con mayor vulnerabilidad.
Ante esto, el organismo ha recibido reconocimientos a nivel nacional como del Centro Mexicano de Filantropía (CMF).
Comunidades rurales de Mapimí, Tlahualilo, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo son parte de su itinerario de fi n de semana, y depende de las donaciones que obtengan, deciden el lugar para hacer llegar alimentos, ropa, zapatos y medicamentos.
Marcial Aguilar, mencionó que la ayuda que llevan es paliativa, son acciones de solidaridad con las familias más pobres. “Hay zonas rurales donde las familias no tienen qué comer, esa es la verdad, y las mismas comunidades que hace ocho o diez años vemos marginadas, hoy en día las vemos exactamente igual”, enfatizó.
La experiencia que han tenido Marcial Aguilar y a Lucía Barbalena Integrantes de La asociación Dios es Clemente y Misericordioso. en estos años, les ha enseñado que al momento de llegar con personas que no tienen que comer, sin ningún interés político, religioso o económico, el apoyo pasa de ser asistencialista a cubrir una necesidad real, aunque sea de manera momentánea.
Entre las comunidades más vulnerables está Renegado que es parte de Tlahualilo. Ahí viven alrededor de 30 familias, para llegar deben recorrer un camino de 10 kilómetros de terracería y no tienen agua, por lo cual deben abastecerse con pipas.