LA ROBÓTICA LE AYUDA A SUPERAR EL TRAUMA DEL SISMO
Francisco Toledo López, joven de 15 años, sobrevive al terremoto registrado en Oaxaca
Cifras oficiales estiman que el 80% de las cuatro mil viviendas contabilizadas en la población de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, resultaron afectadas tras el sismo de 8.2 grados suscitado en septiembre del año pasado. Francisco Toledo López, es un joven de sólo 15 años de edad, cursa la educación secundaria en la Escuela Secundaria Técnica número 19; él logró sobrevivir a dicho fenómeno que destruyó su hogar; pero más que quedarse en el pánico e incertidumbre que le provocó este hecho, ve en su participación en la competencia de robótica FIRST, su mejor terapia para superar los estragos psicológicos y físicos que dejó el terremoto en su familia y en lo personal. El integrante del equipo EOLOTICS, sufrió el derrumbe de su casa, en donde en medio del temblor, tuvo que poner a salvo parte de su familia y en donde él mismo estuvo a punto de morir.
“Esta competencia es muy interesante, me encanta ya que aprendo nuevas cosas todos los días y que no me hubieran enseñado en mi escuela, he adquirido nuevos conocimientos desde el primer taller que nos impartieron nuestros mentores”. Con poca noción de la electrónica, no se animaba a llevar un curso por falta de recursos y tiempo. Y cuando se le presentó Peñoles para ofrecerles FIRST supo que esta era una gran oportunidad en su vida, por lo que asegura le pone todas las ganas para poder ser seleccionado para integrar este equipo.
Ahora está satisfecho de su esfuerzo y está muy agradecido con la empresa Peñoles. De parte de sus papás dice tener todo el apoyo, están orgullosos de él y le tienen confianza.
Sin embargo reconoce que no todo ha sido fácil, ejemplo de ello refirió, el reciente terremoto que devastó la zona: “Nuestro terreno está compartido, y ahí se encuentra la casa de mis papás y de mi tía en la que me encontraba al momento del sismo, haciendo una tarea de matemáticas; ya era tarde y comenzó una sacudida un poco leve, pero al nunca vivir una experiencia de esa magnitud, cometí el error de pensar que el temblor no tardaría en pasar”, lamentó.
Su primo de siete años estaba en otro cuarto, al final de un pasillo de diez metros de largo. Su tía le pidió que fuera por el niño mientras ella trataba de ponerse a salvo. “Al recorrer apenas la mitad de ese pasillo, el movimiento se intensificó y se comenzó a escuchar cómo la fuerza del temblor comenzaba a reventar los focos que se encontraban encendidos, yéndose la luz. Puedo decir que más que miedo, me bloquee y no supe qué hacer. Lentamente abrí la puerta del cuarto de mi primo ahora de siete años, él se paralizó y no quería salir, tuve que cargarlo ya que el movimiento se puso más fuerte”. Yo lo jalé justamente en el momento en que el closet se detuvo en la cama y no nos cayó encima, pero sí las cosas que ahí estaban. Como pude, logré sacarlo al pasillo que ya estaba bloqueado por todas las cosas que habían caído. Pensé que no podría salir porque estaba muy fuerte. Tuve tiempo para encender la linterna del celular, había pedazos de vidrio en el piso. Mi tía tuvo un ataque de pánico en la sala. Abracé a mi primo, teníamos miedo los tres, una gran nube de polvo se levantó al haber caído parte de la construcción. Al salir mi papá nos encontró y nos abrazó”.
Ya a salvo, salieron a la calle para tratar de ayudar a los vecinos, se percataron que la vecina de enfrente estaba atrapada, lograron sacarla, pero lamentablemente ya estaba muerta. “Este proyecto de robótica me ha ayudado a superar este trauma”, aseguró.
Este proyecto de robótica me ha ayudado a superar este trauma”