La mujer empoderada Mevoyacomerelmundo
No le voy a dar detalles para no arruinarle la experiencia pero esto vale muchísimo la pena y está hecho con toda la mano.
Por favor, luche por verlo, por devorarlo, por discutirlo. HBO no está jugando. Se está tomando muy en serio los grandes temas de la actualidad. ¿O usted qué opina?
Cómo ser periodista sin perder los sentimientos
Es un programa de gastronomía y turismo como hay mil donde la señora va, convive con gente de diferentes ciudades, come y se pasea, pero gracias a su talento, esto se convierte en una experiencia sin igual.
Hay hambre, pero hambre de saber, de vivir, de comunicar y, al mismo tiempo, hay humildad, trabajo, entusiasmo.
El programa de llama Me voy a comer el mundo porque Verónica se lo quiere comer, pero no nada más desde la perspectiva culinaria. Tiene ganas de triunfar, de ganar, de conquistar.
La señora Zumalacárregui es una digna representante de nuestra nueva cultura latina, una persona con una envidiable capacidad de asombro, una conductora que no tiene miedo ni a hacer el ridículo ni a mostrar su lado humano.
Es perfecta y Me voy a comer el mundo, un programa que merece ser visto.
El Gourmet ha tenido muchos lanzamientos y cambios de programación en los últimos días, y Me voy a comer el mundo es imperdible.
Le suplico que lo busque de lunes a viernes a las 16 y a las 23 horas.
Le va a gustar y lo va a poner a pensar sobre el papel de los periodistas en la televisión nacional.
¿Alguno de ellos se atrevería a rebajarse a abandonar su fuente para meterse con esta clase de contenidos?
¿Alguno de ellos se atrevería a trabajar como Verónica Zumalacárregui?