ROMPIMIENTO DEL VERDE CON EL PRI
Estimado Partido Revolucionario Institucional:
Mi corazón siempre albergará hacia usted sentimientos de agradecimiento y ternura, sobre todo en épocas en las que necesité apoyo económico y usted me lo concedió todo a cambio de hacer un poquito el ridículo. Ciertamente, en otra época usted representó para mí un buen partido, el mejor partido del mundo, pero considero que en la actualidad he alcanzado, e incluso superado, su poderío. Por ello, y con el alma llena de una gozosa sensación de autonomía, me permito romper relaciones con usted y ejercer mi derecho a juntarme con un partido más adecuado a mis necesidades.
Para empezar, la diferencia de edades es abismal. Con otros partidos converso de temas de actualidad: el calentamiento global, la legalización de las drogas, estrenos en Netflix, etc. Mientras, usted sigue hablando del peligro de los rusos, que pasaron de moda como villanos desde RockyIV. Ni los cubanos ni mi abuelito ni nadie se acuerdan ya de los rusos. Luego, su insistencia en regresar a los tiempos de Díaz Ordaz, con la Ley de Seguridad Interior. Usted debería juntarse con gente de su edad: quizá el PAN congeniaría mejor con usted. Podrían reunirse a tomar jaiboles mientras escuchan música ligada a su recuerdo.
Sin ánimo de ofender, a mí me gustan los chavos, vigorosos, innovadores, con ganas de comerse al mundo. Morena me hace ojitos, y ¿sabe qué? No hay nada que me impida darle rienda suelta a mis instintos y relacionarnos más allá de lo profundo.
He adquirido poder y fortuna, y aún le resulto apetecible a partidos jóvenes y humildes, los cuales podría comprar para mi placer personal, como usted una vez hizo conmigo.
También puedo rascarme con mis propias uñas, sin necesidad de ningún partido a mi lado. Lo importante es que entienda que usted ya no es el padrote poderoso de antes, que infundía miedo y respeto, sino un senil neurótico que da risa y lástima. Ojalá encuentre un alma que lo entienda.
Atentamente Partido Verde Ecologista de México