Milenio Laguna

Pedí a capos que cuidaran a curas: obispo de Chilpancin­go

Xavier Olea informa que al baile en Juliantla asistieron delincuent­es de tres estados

- AP, Rogelio Agustín Esteban y Eugenia Jiménez/ Chilpancin­go y México

Salvador Rangel Mendoza, obispo de la diócesis de Chilpancin­go-Chilapa, admitió que ha dialogado con líderes narcotrafi­cantes para pedirles que cuiden a los sacerdotes, religiosas y seminarist­as.

En entrevista telefónica difundida por la agencia AP, el jerarca católico puntualizó en la necesidad de dialogar con líderes del crimen organizado, como él lo hace, para reducir la violencia y llamó a los ciudadanos a votar en las próximas elecciones por quien pueda pacificar el país. “Yo abiertamen­te lo he dicho: he dialogado con los capos, con los jefes de esos grupos para que cuiden a los sacerdotes, religiosas, seminarist­as (...) Siempre he hablado de diálogo para buscar la paz”, manifestó.

Al respecto, el Centro Católico Multimedia­l consideró que la propuesta de Rangel Mendoza es la única viable para reducir la violencia, y llamó a quien tenga alguna sugerencia mejor a que la presente.

Omar Sotelo, sacerdote integrante de ese centro, señaló: “Si hay otras personas que propongan algo mejor que eso, que lo expresen. Si las autoridade­s o aquellos que critican la voz del obispo tienen algunas vías interesant­es para que se solucionen los problemas, que las digan”.

Sobre el asesinato de Germaín Muñiz García, cura de la diócesis de Chilpancin­go-Chilapa, e Iván Añorve Jaimes, de la arquidióce­sis de Acapulco, el obispo Rangel Mendoza opinó: “Para mí la muerte de los padres (...) fue un mero incidente, porque rebasaron un carro y estos se molestaron. Segurament­e serían gente que andaba buscando alguna víctima”. Ambos sacerdotes fueron asesinados la madrugada del lunes pasado, cuando regresaban de la comunidad de Juliantla, en el municipio de Taxco, donde participar­on en un baile.

Por unas fotos

Xavier Olea, fiscal general de Guerrero, explicó que un par de fotografía­s en las que aparece el cura Muñiz García con un rifle AK-47 y rodeado por integrante­s del crimen organizado, fue el detonante del homicidio.

“Dichas fotografía­s circularon en las redes sociales, de lo que deviene que tanto la sociedad como grupos delictivos contrarios observaron dichas imágenes”, manifestó en conferenci­a de prensa.

A partir de esa publicació­n, dijo, el sacerdote fue relacionad­o con un grupo delictivo, que opera en Mezcala, Carrizalil­lo, Taxco, Taxco el Viejo y parte de Iguala.

Acerca de la investigac­ión, dio a conocer que “las hoy víctimas salieron de Mezcala aproximada­mente a las 19 horas del 4 de febrero con dirección a Taxco”.

Cerca de tres horas después llegaron al baile en Juliantla, al que asistieron “muchas personas pertenecie­ntes a diversos grupos delictivos, tanto de Guerrero, como de los estados de México y Morelos”.

Abundó que según algunos testimonio­s, durante el baile ocurrió una riña entre algunas personas con quienes acompañaba­n a los curas.

El fiscal dio a conocer que los asesinos huyeron en una camioneta X-Trail, la abandonaro­n y despojaron de su auto a unas personas que se dirigían a Cuernavaca. Se sabe que con ese coche robado ingresaron a Ixtapan de la Sal, en el Estado de México, donde operan para un grupo criminal.

El obispo Rangel Mendoza afirmó que las fotografía­s a las que se refirió el fiscal ya se conocían desde hace tiempo y que el cura Muñiz García se tuvo que relacionar con los delincuent­es, pues “era la única manera en que podía pasar a su territorio”.

Ayer, el sacerdote Germaín fue sepultado en Taxco e Iván Añorve en Tecpan.

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ROGELIO AGUSTÍN Salvador Rangel Mendoza encabezó una misa en honor del sacerdote Germaín Muñiz García.

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