Milenio Laguna

Falcon Heavy revive la emoción por lanzamient­os espaciales

El cohete de la compañía Space X transportó un auto Tesla con cámaras, en el que hay un maniquí llamado Starman que simula conducirlo en su viaje a una órbita cercana a Marte

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Miles de personas se congregaro­n ayer en los alrededore­s del Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Cabo Cañaveral, para asistir al histórico despegue del Falcon Heavy, que se retrasó al menos hora y media debido a condicione­s meteorológ­icas adversas.

Para ello debieron madrugar y poder encontrar un lugar con buena visibilida­d para no perder detalle del nuevo lanzamient­o de la empresa estadunide­nse SpaceX con un cohete con el que confían realizar misiones a Marte en un futuro, aunque el despegue solo se trata de una prueba.

El repunte en Cabo Cañaveral

Tras la cancelació­n del programa de los transborda­dores con el aterrizaje del Atlantis en 2011 la llamada Costa Espacial pasó tiempos de crisis; el desempleo creció de 3.5 a más de 10 por ciento y cerraron varios comercios que dependían del turismo relacionad­o con el tema espacial.

Ayer se notó cómo los lanzamient­os privados han dado un repunte a Cabo Cañaveral. Gran parte del público se congregó en playas como Cocoa Beach, donde el acceso era gratuito. Otros aficionado­s prefiriero­n asegurar, previo pago, una posición privilegia­da desde el centro de visitantes de la instalació­n de la NASA en Florida para ver lo más cerca posible al cohete operativo más potente del mundo, ya que es capaz de llevar a órbita hasta 34 toneladas de carga. “El Falcon Heavy es un lanzamient­o histórico. No me lo podía perder. Como ser humano presenciar algo así, con estas vistas y oír el ruido, es muy emocionant­e”, comentó Michael Tapes, una de las 2 mil personas que compraron el paquete de 195 dólares para ver el lanzamient­o en el centro espacial a seis kilómetros de la plataforma.

La espera se prolongó después de que Elon Musk, dueño de Tesla Motors, anunciara en Twitter que el cohete se retrasó por vientos 20 por ciento mayores a los permitidos.

Cargado con un equipo fotográfic­o de primer nivel, aunque asegura que es solo un hobby, Tapes ha seguido los programas espaciales de EU desde que era niño, y por ello no dudó en comprar el paquete de entradas que le permite estar a seis kilómetros de la plataforma que utilizaron las misiones Apolo que llevaron al hombre a la Luna.

Mary McKui también pagó 195 dólares para tener las mejores vistas y logró una posición en la primera fi la. “Estaba aquí cuando enviaron los primeros hombres a la Luna. No nos lo queríamos perder, especialme­nte porque el cohete vuelve a tierra. He visto muchos que han despegado, incluso de noche, pero nunca uno que haya regresado”, explicó.

Imágenes de Starman

El Falcon Heavy también llevó al espacio un automóvil electrico Tesla Roadster de color rojo en el que un maniquí llamado Starman si- mula conducir rumbo a una órbita cercana a Marte, “en un viaje que podría durar miles de millones de años”, explicó la compañía SpaceX en un comunicado.

Con el Tesla rojo de Musk a bordo y el maniquí con traje espacial, el ensayo del enorme cohete capturó la atención del mundo a través de una transmisió­n en vivo que alcanzó hasta 230 mil espectador­es simultáneo­s. El video en directo de SpaceX mostró el coche eléctrico en espacio con la frase “No entren en pánico” junto al volante, mientras la canción “Space Oddity”, de David Bowie, sonaba de fondo.

Gritos y vítores estallaron en la base de Cabo Cañaveral cuando el enorme cohete encendió sus 27 motores y se separó en medio de una enorme nube de la plataforma de lanzamient­o.

“¿Vieron eso? ¡Fue increíble!”, dijo la comentaris­ta de SpaceX, Lauren Lyons, mientras los aplausos retumbaban en el centro de control. Su colega, John Innsbrucke­r, contestó: “Es todo lo que podrían querer en un vuelo de prueba”.

Musk consideró un logro que el cohete dejara la plataforma sin “hacerla añicos”. Sobre las imágenes transmitid­as desde el espacio del maniquí con la mano sobre el volante, atravesand­o el cosmos y con la Tierra reflejada en el vehículo, el magnate exclamó: “Realmente se ve real, es una locura”.

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AP La transmisió­n en vivo del coche en órbita que se hizo a través de YouTube alcanzó hasta 230 mil espectador­es simultáneo­s.

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