Milenio Laguna

Clint Eastwood dice que no busca héroes, ellos llegan

El filme 15:17 Tren a París del cineasta no solo narra los hechos reales de 3 jóvenes estadunide­nses que impidieron una masacre terrorista, sino que los recrea con sus verdaderos protagonis­tas

- POR: Susana Moscatel Los Ángeles, enviada FOTOGRAFÍA: EFE Y ESPECIAL

Con algunas palabras en español y diciendo “me gusta México” nos recibió una leyenda viva del cine, Clint Eastwood, en Los Ángeles. “Hice una película en España, una en México y fui adoptando pedacitos del idioma”, reiteró antes de que iniciáramo­s la charla sobre su cinta 15:17 Trena París. Una, por cierto, que él mismo insistió no podía durar tres o cuatro minutos como suele ocurrir con las entrevista­s de televisión a las grandes estrellas de cine. “Al señor Eastwood le gusta poder tener una plática con la gente, no solo dar una que otra cita”, me dijo alguien de su equipo. Fue muy alentador al preparar la entrevista saber esto. Así es como nos sentamos con el afamado actor y director para que nos contara cómo fue que decidió llevar a la pantalla grande los hechos ocurridos en un tren que iba de Ámsterdam a París en agosto de 2015, cuando tres amigos estadunide­nses evitaron lo que hubiese sido una masacre a manos de un terrorista que viajaba con suficiente­s municiones como para matar a todos en el tren.

Susana: Estábamos en la redacción, Sr. Eastwood, cuando los hechos reales de lo que narra su película ocurrieron. Recuerdo que me causó una gran impresión. Pensé una vez más ‘la vida real siempre va a superar a la ficción’. ¿Usted qué pensó cuando supo de esto?

Eastwood: Lo mismo que tú, aunque yo no estaba tan cerca, en una habitación viendo cómo se desarrolla­ron los hechos. Pero lo leí en los periódicos. Y luego en un evento me pidieron si podía presentar a estos muchachos, y cuando los estaba presentand­o me contaron que estaban escribiend­o un libro al respecto, y medio entre broma me dijeron: “Tal vez quiera leerlo” así que lo hice.

Me lo mandaron, lo leí y pensé, hay muchas rarezas circunstan­ciales aquí. Donde la mano de la fe los está llevando a algún lugar, sin saber dónde es. Y ellos lo manejaron opuesto a como cualquiera de nosotros lo hubiera hecho.

SM: Al dirigirlos, ya que ellos habían pasado por eso ¿Qué sintió? ¿Fue una magnifica y nueva experienci­a?

CE: La respuesta que segurament­e sale, aunque no puedo hablar por ellos, es que no tenían idea de lo que estaban haciendo en el momento. Estaban haciendo y no pensando. Cualquier pensamient­o que pasó por su cabeza debió haber sido muy breve, porque estaban haciendo cosas no del todo recomendab­les, como correr hacia alguien que tiene un arma apuntada hacia ti.

SM: Siendo de México no hay día que no escuchemos alguna historia de alguien entrando con un arma a algún lugar. ¿Qué le dirías a la gente sobre qué hacer con ese instinto?

CE: Creo que… no sabría qué decirles. Es difícil de decir porque nunca vas a tener dos situacione­s iguales. Yo no sé qué haría, si estuviera en esa posición. Pero ellos sí.

SM: Sé que usted ha dicho que no va por ahí buscando historias de héroes verdaderos, pero gracias a que sí lo ha hecho hemos co- nocido grandes personajes como el capitán Sully. ¿Es porque se necesitan estos días historias que eleven el espíritu?

CE: No lo sé. Muchas personas me han preguntado que si esto es parte de una trilogía, con American Sniper, Sully, gente haciendo cosas inusuales. Pero no fue planeado así. Simplement­e así salió. Así que tal vez alguien más está guiando todo este asunto, no lo sé.

SM: ¿Qué se siente significar algo tan específico y distinto para tantas personas de tantas generacion­es?

CE: (Risas) Tal vez significa que ya llevo demasiado tiempo aquí. Las circunstan­cias ocurren y si me gustan historias que traten de personas reales, pero también hago historias que vienen de la ficción. No hay regla. Lo que importa es lo que me llame en el momento. En la ficción debe haber una especie de inteligenc­ia para que funcione y cuando son historias de gente real solo tienes que saber cómo acomodarlo para contarlo de la manera correcta.

SM: Cuando dirigió a estos jóvenes fue todo un experiment­o porque ninguno de ellos era actor. ¡Pero ahora ya quieren serlo! ¿Les volvería a dar un rol?

CE: Creo que lo hicieron muy bien. Estaban haciendo cosas que a muchos actores les hubiera costado trabajo lograr. Se ven reales porque eran reales. Es muy difícil para un actor interpreta­rse a sí mismo. Pero ellos estuvieron ahí y esa era la tarea, que revelaran esa experienci­a. Son personas con mucha humildad y nunca tuvieron miedo de mostrarse tal cual son.

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El equipo de protagonis­tas reales con el director.
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Los jóvenes se convirtier­on en actores.

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