Milenio Laguna

La batalla por la pureza

- HÉCTOR AGUILAR CAMÍN hector.aguilarcam­in@milenio.com

Hay una batalla en las redes y en los medios por ver quién puso candidatos más puros, o menos impuros que otros. Es una batalla perversa: de parte de los que dicen creer en la pureza de su bando y de parte de los profesiona­les que inducen la batalla.

La verdad es que nadie quedó ileso de oportunism­o y pragmatism­o en la elección de sus candidatur­as. Sorprende en ellas la falta de candidatos respetados por todos.

Lo que para los partidario­s es un gran candidato, para los adversario­s es el sum

mum de la mediocrida­d, la corrupción o la mala fama.

Si algo demuestran las candidatur­as recientes de Morena, del Frente y del PRI, es que, en la política mexicana, quizá en la política en general, es imposible eludir la mala fama.

Pero hay que distinguir: hay una diferencia objetiva entre la mala fama de quien ha cometido un delito y la de quien no lo ha cometido.

Y hay también una diferencia entre los delitos. Una cosa es ser cómplice del crimen, responsabl­e de muertes, secuestros y extorsione­s, y otra cosa es ser cómplice del delito por excelencia de la democracia mexicana que es desviar recursos públicos para meterlos como dinero ilegal a las campañas. (No justifico este delito: lo distingo solo de otros más graves).

Luego está la mala fama, que viene simplement­e de la antipatía y la rivalidad políticas. Esta última debiéramos sacarla del concurso, en tanto que es parte inevitable, incluso necesaria, de la contienda democrátic­a.

El hecho es que asistimos a un torneo de la pureza y el desprestig­io en todos los frentes de la elección de 2018.

Quizá el mecanismo más simple de esta batalla sea defender a un candidato de mala fama alegando que en el otro bando también los hay. La mala fama de uno no exculpa la del otro. Nadie queda exento de sus actos por los actos de otros.

La batalla por la pureza debiera volverse una batalla por la verdad, y en esto la verdad no es solo partidaria, sino individual.

Cada candidato debe ser responsabl­e de su fama y de sus actos, y debe rendir cuentas por ellos, tanto como el partido o la coalición que lo propone.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico