Emociones
C ada persona experimenta y vive sus emociones de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje y de su situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y conductuales que desencadenan son innatas, naturales; mientras que otras son aprendidas, es decir pueden adquirirse. Unas se aprenden por experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por observación de las personas de nuestro entorno, por ello son muy importantes en primera instancia los padres y también los profesores como modelo ante sus hijos y alumnos.
Las emociones son propias del ser humano, son parte de nuestra experiencia de vida, son el modo como interactuamos con los demás y con el mundo que nos rodea y las señales significativas de nuestro bienestar o malestar. Por ello podemos clasificarlas en positivas y negativas en función de su contribución al bienestar o al malestar pero to- das ellas, tanto las de carácter positivo como las de carácter negativo, cumplen funciones importantes para la vida.
Todas las emociones son válidas. Las emociones son energía y la única energía que es disfuncional es la energía estancada. Por esta razón, es necesario expresar las emociones negativas retenidas que pueden desencadenar problemas mayores. No podemos desconectarnos o evitar las emociones. Cualquier intento por reprimirlas, por ejemplo a través de adicciones (tabaco, alcohol o drogas) genera problemas más importantes a largo plazo.
Podemos aprender a manejarnos con nuestros estados emocionales. Una emoción es un proceso que se activa, detectamos algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en marcha los recursos al alcance para controlar la situación. Por lo tanto, las emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados que funcionan de manera au- tomática, son impulsos para actuar. Cada emoción nos prepara para una clase distinta de respuesta; por ejemplo, el miedo provoca un aumento del latido cardiaco que hace que llegue más sangre a los músculos favoreciendo la respuesta de huida.
Somos capaces de identificar nuestras emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y mentales que conllevan y tenemos la capacidad para expresarlas adecuadamente junto con las necesidades asociadas en el momento oportuno y del modo correcto.
Las emociones sirven para modelar y mejorar el pensamiento y dirigir nuestra atención hacia la información significativa, pero abra que hacerlo reguladamente sin reprimir ni exagerar. Por ello el reto del desarrollo humano es Identificar las emociones, calibrarlas, regularlas y expresarlas de manera armónica y equilibrada para construir nuestra vida y desarrollar nuestro potencial personal.