Reabren frente a UNAM el paseo delas almo ne la
Los puestos cuentan con tomas de gas natural y energía eléctrica
Los comerciantes de alimentos de El Paseo de las Facultades, conocido por la comunidad universitaria como Paseodela Salmonela, estrenaron puestos con instalaciones subterráneas de gas, luz y agua. Todo se ve limpio, cocineros con mandil, gorro y tapabocas, cazuelas nuevas y extinguidores.
En la parte norte de ese paseo quedaron 31 puestos de alimentos, de los 61 que existían nueve meses atrás. Más de la mitad de los negocios serán reacomodados durante la segunda etapa del proyecto, prometieron autoridades capitalinas. Sin embargo, los mismos comerciantes externan su preocupación por los empleos perdidos durante la reubicación.
Cada uno de los comerciantes pagó 20 mil pesos por los nuevos puestos, fabricados con perfil tubular rectangular, techo, medidor de gas natural y energía eléctrica. Además se renovaron las aceras y los jardines.
Ramón Cantera, vendedor del paso, declaró: “Quedamos satisfechos, solo que los puestos están muy juntos; antes había más espacio y cabían mesas; deberían autorizarnos colocar algunas, con sombrillas semifijas.
Hace falta mayor espacio para la clientela que llega en las horas del almuerzo o la comida. Cada uno de los puestos solo tiene seis bancos altos de fierro colado que la organización Los Rescatadores A C vendió a mil 500 pesos cada uno. “No son funcionales”, según la comerciante María Eugenia Camacho.
Los vendedores se niegan a que ese pasillo, donde laboran, sea apodado El paseo de la Salmo ne la. Al respecto, Víctor Manuel afirma: “Estudiantes y maestros le pusieron ese sobrenombre. La verdad aquí se come limpio, todas las cosas de primera y todo es del día”.
Para que no quepa duda, dice, “nosotros también comemos de aquí. La fruta se desinfecta. Hasta ahorita no conozco a nadie que se haya enfermado”. Voltea a ver a un cliente suyo que almuerza y señala: “Aquí está el doctor Fernando, tiene muchos años comiendo conmigo, que diga si se ha enfermado”.
Todos los entrevistados re- cuerdan lo sucio que estaba ese pasillo nueve meses atrás. Ángeles Ponce, quien trabaja en la Facultad de Medicina, afirma que “antes se veía desordenado y no tenía el adecuado mantenimiento. Yo soy cliente de mucho tiempo y nunca he tenido un problema estomacal, todo bien con los alimentos”, detalló.