André Gide
En 1996, la editorial Gallimard publicó por primera vez la versión completa del Journal del escritor. Con este autor, el diario íntimo se convierte en un género literario
Gil cerróla semanadetrás deuna cortina melancólica. Nada se salva, todose pierdesin remedio, farfullaba Gilgamientras caminabasobrela duela de cedro blanco. Así llegó aun libre ro donde encontró una vieja edición del Diario de AndréGide(S elección, traducción y prólogo de La uraFreix as, Alba Editorial ,1999. En1996,la editorial G al limard publicó por primera vez la versión completa del Journal deGide).L aversión española del Diario representa 20 por ciento del original y cubre unperiodode40 añosenla vidadelescritor (de 1888, cuando tenía 19 años, a1948,tres años antes de su muerte ). ConGide,dice Freixas, eldia rioíntimose convierteenun género literario. Gil recordó aquellos años en que traducía trozos de la correspondencia de AndréGi de yPaulValéry. Hojeó el libro y encontró subrayados olvida dos, perdidos en el tiempo.
1902
¿Por qué de Elinmoralista imprimo trescientos ejemplares?… Para disimular un poco, ante mí mismo, mis malas ventas. Si imprimiera mil doscientos, me parecerían cuatro veces peores; me harían sufrir cuatro veces más.
Que más tarde, un joven de mi edad se sienta, al leerme, emocionado y rehecho como me siento yo todavía a los treinta años leyendo los Recuerdos de egotismo de Stendhal: no tengo otra ambición.
1904
Un sombrío embotamiento del espíritu me hace vegetar desde hace tres años. Quizá, al ocuparme demasiado de mi jardín, en contacto con las plantas he adquirido sus hábitos. La menor frase me cuesta; hablar, por lo demás, me cuesta casi tanto como escribir. Y hay que decir también que me estaba volviendo muy exigente: al menor asomo de pensamiento, algún crítico irritable, siempre emboscado al fondo de mi espíritu, se erguía para decirme: “¿Estás completamente seguro de que vale la pena que…?” Y, como el esfuerzo era enorme, inmediatamente se retiraba el pensamiento.
1911
“Lenguaje un poco pobre” decía el bueno de [José María de] Heredia, a quien presenté mi primer libro, sorprendiéndose de no encontrar en él más imágenes. Ese lenguaje, lo quise más pobre aún, más estricto, más depurado, considerando que el adorno no tiene razón de ser si no es para ocultar algún defecto, y que sólo el pensamiento que no es lo bastante bello debe temer la perfecta desnudez.
1914
El tiempo huye, y todo lo importante que tengo que decir está aún por decir. Todo lo que he escrito hasta el día de hoy no ha sido más que para prepararlo. No he hecho más que excavar donde voy a construir. Toda mi obra hasta ahora no ha sido más que negativa; no he mostrado, de mi corazón y de mi espíritu, más que el revés.
1918
Nada me resulta más ajeno que esa ansia de modernismo que inclina, se nota, todos los pensamientos y todas las resoluciones de Cocteau. No digo que se equivoque al creer que el arte no respira más que en su apariencia más nueva. Pero, con todo, a mí sólo me importa aquello que una generación no se llevará consigo. No intento ser de mi época; intento desbordar mi época.
1921
Hace tiempo que habría dejado de escribir si no me habitara esta convicción de que los que vendrán descubrirán en mis escritos lo que los de hoy se niegan a ver en ellos; y que sin embargo yo sé que he puesto.
Es con los buenos sentimientos con lo que se hace la mala literatura.
1927
No creo que el futuro nos agradezca todo el cuidado que aportamos a nuestros libros; muy al contrario, el exceso de cuidado podría muy bien enfriarlos antes que a otros.
El hábito de no leer, de los siglos pasados, sino las obras que han merecido sobrevivir nos impide conocer, con frecuencia, los motivos por los que han perecido los demás.
1930
Actualmente siento demasiado que se me observa y ocurre con la escritura como con el piano: toco mejor cuando no me sé escuchado.
1931
Creo que lo que menos envejece en un autor es lo que parecía en su tiempo más raro, más excepcional, más audaz, siempre y cuando ese rasgo excepcional sea el producto de una observación directa y sincera.
1948
[…] nosotros [Valéry, Proust, Claudel] encontrábamos de lo más natural ser desconocidos, inapreciados y desdeñados hasta pasados los cuarenta y cinco años. Apostábamos a la duración, preocupados únicamente por formar una obra duradera, como aquellas que admirábamos, a las que el tiempo afecta poco y que aspiran a parecer tan conmovedoras y tan actuales mañana como hoy.
Sí, los viernes Gil toma la copa con amigos verdaderos. Mientras se acercaelmesero conl acharola que sostiene elGlenfid di ch 15, Gamés pondrá a circular las frases deLudwig van Beethoven por el mantel tan blanco: No confíes tu secreto ni al más íntimo amigo; no podrías pedirle discreción si tú mismo no la has tenido.