El cambio de Germán Martínez
Conozco hace muchos años a Germán Martínez.
He escrito aquí, refiriéndome a la responsabilidad política, que aquel día que renunció como presidente del PAN por los malos resultados en una elección intermedia debería ser ejemplo para muchos otros que no entienden el concepto y se aferran al hueso con furia.
Germán ha decidido competir para ser senador por Morena.
El lunes en la televisión Diego Fernández de Cevallos había dicho en MILENIO, respecto a la decisión de su ex correligionario y buen amigo, que Germán debería pensar que un mal final deshonra toda la vida. Ayer hablé con Germán. Primero le contestó a Diego diciendo que no era un mal final sino un buen principio. “No hay derrotas ni victorias ni adversarios para siempre”, me dijo Martínez.
Cuando le recordé todo lo que él había dicho y escrito de Andrés Manuel López Obrador en su larga carrera me dijo que Andrés Manuel había cambiado.
Le dije que me interesaba más saber en qué había cambiado él.
“Las cosas se ven con más madurez, sofrosine, decía Aristóteles, templanza, después de nueve años uno se tranquiliza, uno madura, uno da pasos al frente. Este país reclama diálogo, este país reclama reconciliación, este país reclama concordia, no se puede estar quebrando el país en dos…
“Y te debo confesar que me he desencantado poco a poco. Ahora que están tan memoriosos con mis artículos he escrito que el PAN se está ‘arrebañando’, llenando de rebaños, por no abrazar la libertad… y el acto supremo de la libertad de un ciudadano es la de elegir y yo estoy eligiendo, dando un paso al frente. Estoy tranquilo conmigo, déjenme jugar, denme el beneficio de la duda de verme jugar en el Senado para construir bienes públicos… se puede construir”.
Le recordé un artículo en donde criticaba a López Obrador y a quienes no lo criticaban, que entre otras cosas decía: “No obedezcas por anticipado... la mayor parte del poder del autoritarismo le ha sido otorgado libremente... La obediencia anticipatoria es una tragedia política, significa adaptarse instintivamente, sin reflexionar, a una nueva situación”.
Le pregunté si no le exigía eso su nueva aventura, obediencia anticipatoria.
“Estuve en su casa y le agradezco y no firmamos ninguna carta de intención. No me arrepiento de lo que he sido, de lo que soy y de lo que seré a lado de López Obrador”. Eso me dijo Germán Martínez, quien seguramente será senador por Morena.