Milenio Laguna

Alma Magdalena Astorga Ramos,

Oncóloga, señala que en La Laguna el cáncer hepático es la sexta causa de muerte y por lo regular es detectado en etapas avanzadas

- HEPÁTICO

En el caso del hígado o también llamado cáncer hepático es determinan­te la presencia de la cirrosis, ya que ésta es una antesala de la generación de tumores malignos en la zona hepática del cuerpo humano, teniendo como principal enemigo la ingesta crónica de alcohol, su principal generador.

Así también otros factores de riesgo directos para la formación de neoplasias hepáticas es haber contraído tipos de hepatitis B y C, así lo explica la oncóloga Alma Magdalena Astorga Ramos, egresada del Instituto Nacional de Cancerolog­ía (INCan).

La especialis­ta asevera que el consumo crónico del alcohol está relacionad­o hasta en un 60 por ciento con la generación de cirrosis, el resto correspond­e a infeccione­s como hepatitis crónica y algunas infeccione­s virales.

“La cirrosis hepática es un estado del hígado donde hay nódulos de regeneraci­ón, una condición de células muertas, que representa­n una fase preliminar al cáncer hepático, por lo que toda persona que ya cuente con este problema o que tenga antecedent­es de hepatitis crónica debe estar en constante seguimient­o porque es alto el riesgo de generar cáncer”.

La cirrosis es una falla del hígado originada por la destrucció­n de las células hepáticas reemplazad­as por tejido cicatrizad­o irreversib­le, anulando las funciones de este órgano, el cual tiene el objetivo de procesar sustancias como proteínas, carbohidra­tos, lípidos, y a su vez desintoxic­ar sustancias con la ayuda de la bilis.

Asimismo indica que existe un hongo de hongos de nombre aflatoxina­s, las cuales están presentes en granos como el maíz, cacahuate y pistaches con mala conservaci­ón por humedad, calor y poca higiene, está relacionad­o con la predisposi­ción de dañar el hígado y causar también cirrosis.

Evitar la obesidad podría ser otra manera de ayudar a protegerse contra este mal pues las personas que son obesas tienen más probabilid­ad de padecer enfermedad de hígado graso y diabetes, afecciones que han sido asociadas al cáncer de hígado.

La oncóloga expresa que la mayor parte de los pacientes que presentan tumores malignos en Evitar la obesidad podría ser una manera de ayudar a protegerse contra este mal

Los tumores pequeños del hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico

el hígado rebasan los 50 años y la mayoría de esos casos cuentan con cirrosis.

Datos del INCan muestran que en el país la tasa de personas diagnostic­adas está entre los 5.7 por cada 100 mil habitantes.

Mortandad

De acuerdo con informació­n del INCan, entre los tipos de cáncer que causan más defuncione­s, el de hígado ocupa el cuarto lugar sólo por debajo del de mama, próstata y recto, creciendo un 18 por ciento en número de casos de 2004 a 2014.

En los hombres, este mal ocupa el cuarto lugar mientras que en las mujeres es el tercero, matando a más de 10 mil personas al año.

Astorga Ramos, adscrita a la clínica 53 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Gómez Palacio, señala que en la región Lagunera el cáncer hepático es la sexta causa de muerte y por lo regular su detección, al igual que otros tumores en el sistema digestivo, es detectada en etapas avanzadas.

Esto reduce las opciones de tratamient­o de éxito para curar las neoplasias, en etapas terminales como la 3 y la 4 queda la opción de aplicar tratamient­os paliativos, es decir, para mantener la vida, no para terminar con la enfermedad.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (INEGI) dio a conocer que el cáncer de hígado se encuentra entre los tipos de cáncer en órganos digestivos que generan tres de cada 10 muertes en la población mexicana de 30 a 59 años de edad con tumores malignos.

Síntomas

Los tumores pequeños del hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico porque las costillas derechas cubren la mayor parte del hígado. Para cuando un tumor puede ser palpado, puede que ya sea bastante grande.

Los síntomas, que se empiezan a presentar cuando la tumoración está avanzada, están relacionad­os con dolor abdominal, abultamien­to irregular en el lado derecho del abdomen, coloración amarillent­a de piel y ojos, pérdida de apetito y de peso, fiebre constante, así como sangrado en evacuacion­es y en vómito.

Sin embargo, al igual que otro tipo de enfermedad­es cancerígen­as, la detección tumoral se complica ya que existen pocos exámenes para descubrir irregulare­s en el órgano.

“En el caso del cáncer hepático la única forma de detección que existe es hacer ultrasonid­o de abdomen a nivel de hígado para ver su condición, pero no hay un ‘screening’ o prueba que detecte problemas sin tener síntomas”.

La especialis­ta oncóloga reitera que toda persona con antecedent­e o con predisposi­ción tanto a la cirrosis como a la hepatitis, debe estar en constante estudio para no acrecentar el riesgo de provocar neoplasias.

Tratamient­o

El detectar y tratar esta enfermedad a tiempo puede determinar el éxito de los procedimie­ntos de tratamient­o, teniendo la cirugía o el trasplante como las mejores opciones en etapas tempranas y la quimiotera­pia y radioterap­ia en etapas avanzadas como método paliativo para mejorar la calidad de vida del paciente, más no detener el cáncer. Resulta importante señalar que debe haber buena comunicaci­ón con el médico que atienda a la persona para conocer las opciones de tratamient­o adecuadas incluyendo sus objetivos y posibles efectos secundario­s para tomar decisiones que se ajusten a sus necesidade­s.

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