Hombres y los daños colaterales
sa ha sido la discusión, la terrible discusión estos días, porque si queremos de verdad crear una normalidad, donde el abuso hacia las mujeres no se pierda entre el miedo y el silencio, cualquier error será usado en nuestra contra.
Me parece más que necesario y loable el hecho de que Carmen Aristegui le haya abierto une espacio a muchas de las mujeres que querían hablar. Ya era hora. Pero errores como el de Sabina Berman, a quien no podría respetar más como dramaturga y activista, son exactamente los que pueden desacreditar de un día al otro el movimiento. No puedes acusar a alguien de algo que no estés segura. Estamos manejando dinamita. Hay muchos hombres poderosos culpables que tienen terror. Y hay muchos hombres inocentes que no merecen pasar por un linchamiento masivo bajo ninguna circunstancia. Sé que nos vamos a equivocar, pero no lo hagamos por descuido. Por figurar en la conversación. Son suficientes las historias verdaderas como para estar adivinando. Para su crédito, Sabina enseguida reconoció su error y ofreció disculpas, pero nos deja otra lección muy importante de la cual hay que aprender. No podemos hablar por los demás. Y menos si no estamos seguras.
Después de más de 20 años en este medio, he visto y escuchado cosas que, sin duda, serían tema de esta conversación. Pero no es lo mismo de lo que te enteras que lo que te pasa a ti, o al menos frente a ti. Todo esto es muy confuso, porque queremos hacer las cosas bien. Hay personas que dicen que si esto va a cambiar tenemos que estar dispuestas a aceptar algunos daños colaterales por el bien común. Jamás estaré de acuerdo con ello. Ningún inocente tiene que pagar por las equivocaciones o la maldad de otros. O por el enojo colectivo, aunque justificado, de muchas.
Por eso, teniendo la oportunidad de hacerlo, le pregunté a quien muchos consideran (yo entre ellos) la mujer más influyente del mundo en este tipo de materia: “¿Cómo hacerlo sin equivocarnos?”. Ella es Oprah Winfrey y de la manera más humana y sencilla me dijo que no nos rindamos. Que no pidamos perdón por estar en el punto de la historia donde estamos. Y que nos apoyemos mucho. (La entrevista está en la primera plana de ¡hey! el día de hoy).
Fue fascinante ver cómo realmente le importó saber que esto, después de la entrevista (y vaya que estaba apretado el tiempo) se quedó platicando unos momentos conmigo. Y sí, me dijo que no olvidemos que esto apenas está empezando. Que nos vamos a sentir presionadas, atacadas e incluso dudosas, p ero, como también comentó Reese Witherspoon, siempre bien asesoradas.
Antes he dicho que nuestra opinión no es relevante respecto a si le creemos a una mujer que dijo: “Fui violada”, y sostengo eso con todas mis fuerzas. A todos los que quieren respuestas de por qué se señaló a cierto director en el caso expuesto por Karla Souza, creo que tenemos que dirigirlas a Televisa, que fue la que lo nombró.
Y así, vamos paso a paso. Es muy importante reconocer cuando nos equivocamos. Ojalá Sabina regrese con Carmen y lo haga ahí también. Mientras tanto, si las nuevas generaciones saben que ninguna persona será impune si usa su poder sobre nuestra sexualidad, también será cierto lo que nos comentó Oprah. “Paciencia, esto solo está comenzando”. No hay mapa, pero estamos aprendiendo. Y de ver cómo han pasado las cosas en otros lugares, me queda claro que es muy fácil creer que los daños colaterales son sacrificios que valen la pena. NUNCA lo serán.