Milenio Laguna

Un mundo sin Rogelio Guerra

-

Aunque no recuerdo mi vida sin la imagen de un Rogelio Guerra en ella, creo que puedo contar tres etapas muy específica­s en las que me marcó su existencia y siempre para bien. La primera, estoy segura, es compartida por millones de personas en todo el mundo. No solo mexicanos, no solo en español, sino su presencia como la imagen más pura de un auténtico galán de telenovela. Un hombre de verdad. No sobreprodu­cido, auténtico, buen actor, y ante todo: imponente.

Puedo decirles que crecí en un hogar donde solo mi abuelita veía las telenovela­s (y apenas) pero aún recuerdo las sensacione­s y sus expresione­s en Los ricos también lloran (Con Verónica Castro). Sé que la vi completa a pesar de que era un asunto extraño en mi hogar. También me acuerdo vagamente de mis padres discutiend­o la novela. El derecho de nacer y después con Vanessa (con Lucía Méndez) porque así se llamaba el negocio de mis abuelos y estaban usando la misma tipografía para la novela. Para entonces (no estaba ni cerca de la adolescenc­ia) yo defendía la novela, porque ahí salía “el señor guapo”. Me veían con cara de freak (no se equivocaro­n, aunque mis desvaríos no se quedarían en el mundo de las telenovela­s).

Claro, cuando apareció en Chispita con Lucero ya no había forma. El hombre era una estrella inalcanzab­le. Ese era el poder de Televisa incluso para quienes no seguíamos el formato, pero la presencia de Rogelio Guerra era una garantía. Si salía él, veía la novela. Así es como enloquecí con Vivir un poco (¿quién mató a Martha?) donde con Angélica Aragón logró atrapar hasta a los miembros más renuentes contra el formato de mi pequeño mundo.

Por años y diversos factores sí deje de ver la televisión nacional, y antes de acabar la carrera ya estaba trabajando en la casi recién nacida Tv Azteca, donde estaban pasando cosas increíbles. Un día nos dijeron que se grabaría una telenovela de Argos llamada Nada Personal y que muchas de las escenas se harían en nuestra redacción de noticias. Que seríamos extras. Y que el villano, El Águila Real, sería Rogelio Guerra. Ahí fue cuando conocí y vi trabajar día con día a Demian Bichir, pero, y porque sus escenas obviamente no eran en nuestra redacción, hice hasta lo imposible por entrevista­r a Rogelio Guerra. Desde el primer momento, sonrisa y palabra, no fue más que un gran caballero. Yo no sé si en ese momento estaba consciente que estaba haciendo historia con su papel de jefe de policía corrupto (muy parecido a la realidad del momento), pero se sentía algo muy especial en el ambiente. Tristement­e esa misma televisora mismo lugar trató de frenar su carrera años después, a través de temas legales, pero jamás dejó de pelear. Ni por él ni por sus compañeros. Era un galán, un caballero y un gran actor, pero nadie diría que Rogelio Guerra se dejaba de nadie. Y como dio lucha. Qué forma de hacerlo.

Los últimos años de su vida, en eventos como los de la Fundación Mario Moreno Cantinflas (con quien trabajó) me tocó en varias ocasiones compartir mesa y gran conversaci­ón con él y su esposa.

Hubo una época en la que nos encontrába­mos tan seguido que tuve que asegurarle que no lo estaba persiguien­do, a lo que me contestó con una carcajada “¿Y por qué no?”. Y así, una historia más de millones.

Tantas vidas impactadas por el talento de un hombre que ayer se nos fue. Rodeado de amor y tranquilam­ente, sin duda. Pero en estos momentos, no sé exactament­e cómo es posible un mundo sin Rogelio Guerra.

 ?? FOTOTECA MILENIO ??
FOTOTECA MILENIO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico