Descomposición social
D urante décadas hemos podido observar la incidencia directa de factores para la descomposición social, como son la falta de oportunidades laborales, y la pobreza a partir del rezago educativo y alimentario, así como los indicadores de violencia y corrupción; donde podemos ubicar a México entre los países de “Rezago Alto”.
Pese los esfuerzos y programas que implementa el gobierno de la república a través de sus ejes transversales establecidos en los Planes Nacionales de Desarrollo, la eficacia y eficiencia con que se ejecutan no ha sido la deseada como parte de los objetivos de estos planes, lo anterior con la finalidad de alcanzar por lo menos un rango de “Rezago Medio”.
Habrá que implementar modelos de intervención social y el desarrollo de propuestas serias que promuevan e impulsen la corresponsabilidad y la participación activa de la sociedad sobre la toma de decisiones y la ejecución de políticas públicas, e identificar en que parte del proceso pierden los programas la eficiencia y eficacia de su ejecución, como “Oportunidades” y ahora “Prospera” si es total responsabilidad del gobierno en su ejecución e implementación o es una responsabilidad compartida por una sociedad que tiene el afán de permanecer como beneficiados de los programas sociales con los estímulos, becas y apoyos que se otorgan.
Es responsabilidad también de la sociedad participar en reducir los delitos de oportunidad, la percepción de inseguridad y aumentar la cohesión comunitaria con intervenciones organizadas desde la sociedad con proyectos urbanos de calidad y desarrollar estrategias de prevención de la violencia y el delito con modelos de gestión colaborativos e interdisciplinarios, entre los diversos profesionales y actores vinculados. La consulta y participación de la Ciudadanía, son clave en los procesos de mejora de la calidad de vida hoy y para el futuro, por ello los gobiernos deben de estar a la escucha de las propuestas ciudadanas.
En la Laguna se han movilizado grupos, organizaciones y proyectos sociales que se han venido incubando en la medida que se despierta la conciencia ciudadana y la participación social, una ciudadanía mejor informada y con estrategias inteligentes para medir nuestra calidad vida, atender los problemas y rezagos más urgentes, denunciar las malas prácticas de corrupción y proponer proyectos con objetivos compartidos. Estamos en camino de atender corresponsablemente la descomposición social.
Pero no falta unirnos más, eslabonar los esfuerzos, evitar protagonismos que restan energía a los propósitos compartidos. Es decir, generosidad y humildad, sumar, no restar; y en el camino apoyar las estrategias y esfuerzos de unos y otros…