Día Internacional de la Mujer
L a mujer ha ido ocupando espacios en la vida privada, social y pública que se consideraban exclusivos de los hombres; como el trabajar fuera del hogar, estudiar, dentro o fuera de su ciudad; ser profesionista, ocupar puestos públicos, ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones, por sí misma; sostener económicamente a su familia, ser taxista, agente de policía, de tránsito o militar, navegar en el mar, explorar en el espacio, ser deportista, artista, intelectual, política, empresaria, etc.
Lo anterior no fueron concesiones gratuitas del hombre, la sociedad, el gobierno o el Estado, sino que fueron conquistas de las mujeres que lucharon, se manifestaron, marcharon, como las trabajadoras textiles del 8 de marzo de 1857 en las calles de Nueva York, en protesta por las discriminatorias condiciones de trabajo, como el de pagarles la mitad del salario de los hombres, pese a ser igual su trabajo, hacerlas trabajar diez horas, etc; y cuya represión causó la muerte de 129 de ellas.
Tan trascendental fue esa masacre de las obreras en Nueva York en el mundo, que 53 años después, en 1910, se propuso fijar un día de la mujer; ofi- cializando la ONU, el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
Eso hizo cobrar conciencia a la mujer de su igualdad de derechos con el hombre, no solo en lo laboral, sino también en todas las demás actividades de éste; como la política, en la que se concedió el voto a la mujer en México en 1953; y últimamente la equidad de género en todos los puestos públicos de elección popular, gracias a la cual de los 25 integrantes de la actual legislatura del Congreso Local de Coahuila, 14 son mujeres y 11 son hombres.
Pero todavía falta mucho para que las mujeres totalmente igual en todos los derechos del hombre; pues aún se le discrimina por su género, se abusa de ella en todas las actividades, por ser mujer, esposa o madre, o estar embarazada,
Pero no será únicamente con leyes con lo que se logre la plena igualdad del hombre y la mujer; sino que también será con amor, respeto, comprensión, tolerancia y educación; pero sobre todo con los principios y los valores morales y la conciencia de que todos, absolutamente todos los seres humanos, venimos del divino seno materno.