El fagot suena como la voz humana: Peter Kolkay
“Puede hacer cosas graciosas, pero también es muy lírico y muy serio”, comenta el músico
El fagot, dice Peter Kolkay entre risas, “es el mejor instrumento de la orquesta y uno de los más difíciles”. El músico estadunidense participa en el Séptimo Encuentro Nacional de Fagot, organizado por Wendy Holdaway, que inició ayer en el Centro Cultural Ollin Yoliztli en la reinaugurada Sala Hermilo Novelo.
Luego de un ensayo con la pianista Ana María Tradatti, con quien tocará el próximo jueves a las siete de la noche, Kolkay dice en entrevista que “con frecuencia el fagot ha sido calificado como el payaso de la orquesta porque puede hacer cosas que suenen graciosas, pero también es muy lírico y puede ser muy serio, puede sonar como la voz humana. Está muy relacionado con los sonidos que puede emitir el ser humano”.
Entre risas refiere que el fagot es tan difícil de tocar que, de haberlo sabido a tiempo, hubiera cambiado de instrumento y ahora estaría con la marimba. “Yo no elegí el fagot, alguien me lo dio. Toqué el oboe durante dos años y era terrible, muy malo, así que el director de la orquesta me dijo: aquí tienes un fagot, ¿por qué no tratas de tocarlo? Yo no sabía ni lo que era. Me lo llevé a casa y empecé por tratar de armarlo. Ser el único fagotista de la banda me enorgullecía mucho, así que traté de superarme”.
Ganador del Concert Artists Guild International Competition en 2002 y de una beca de la Avery Fisher Career en 2004, Kolkay ha sido calificado como un “virtuoso sorprendente” por el New York Times. Artista de la Chamber Music Society del Lincoln Center e integrante de la IRIS Orchestra en Germantown, Tennessee, también es profesor asociado en la Blair School of Music de la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee. Instrumento que se incorporó a la orquesta en el siglo XVII, el fagot cuenta con un gran repertorio en el siglo XXI, afirma Kolkay. “Tene- mos mucha música barroca con fagot, pero desafortunadamente los compositores románticos se interesaron más en el violín y en el piano. Hoy en día, muchos compositores están escribiendo para el instrumento, así que es un tiempo interesante para las nuevas combinaciones de instrumentos”.
Además de tocar con Ana María Tradatti, Kolkay hará tres duetos con la maestra Holdaway. El programa incluye dos obras que fueron dedicadas expresamente para él, indica. “Una de ellas es de Tania León, compositora y directora cubanoamericana, y la otra de Katherine Hoover, una pieza influida por las culturas indígenas de Centro y Sudamérica”. También interpretará la Sonataparafagot y piano en Sol Mayor, op .160 de Camille Saint-Saëns, “la gran pieza romántica para el instrumento y una obra corta que, en los años cincuenta del siglo pasado, tenían que tocar quienes se iban a graduar en el Conservatorio de París.
¿Cuál es la situación para la música de cámara en Estados Unidos? Es interesante, porque la música de cámara se maneja mucho por los ensambles. Así que andas por ahí buscando lugares para tocar o ciclos de conciertos para presentarte, aunque cada vez hay menos ciclos en el país y casi siempre recurren a los mismos músicos. Los talentos locales casi no son requeridos.
¿Y creativamente? La escena es vibrante, pero acabas viendo a los mismos grupos en muchos lugares y tocando la misma música. Quisiera que la escena fuera un poco más inclusiva.
¿Los jóvenes se interesan en el fagot? Sí, es uno de esos instrumentos a los que mucha gente se está acercando. Desafortunadamente, en Estados Unidos la educación pública no tiene mucho apoyo.
¿Qué alternativas existen? Están surgiendo más y más organizaciones que ayudan a los estudiantes. En Nashville tenemos una organización que permite a los estudiantes pagar alrededor de 50 centavos por clase. Esto les permite estudiar sin adquirir una deuda o pagar a un maestro semana tras semana. Eso está haciendo que la música sea accesible, pero no de parte de las escuelas, algo que es nuevo en Estados Unidos.