Retrata Álvaro Uribe al ser humano en su reciente obra
Caracteres viene a ser un intento del escritor para captar su momento
El más reciente libro de Álvaro Uribe lleva por título Caracteres: un juego entre el sentido de los signos de la escritura o de la imprenta, y la forma de ser de ciertos individuos, a través del cual apuesta por rendir homenaje a un ejercicio literario con sus propias reglas y su propia historia, en el que apuesta por hacer un retrato del ser humano.
“Por un lado”, cuenta el narrador, “encuentro que mientras más limitaciones te ponen o te pones tú mismo al momento de escribir un texto acabas ayudándole más; por el otro, se trata de fábulas en donde se hace un tratamiento moral de los personajes, pero donde no son animales o, en todo caso, son los peores: nosotros mismos”.
De acuerdo con Uribe, Caracteres (Alfaguara, 2018) sigue una tradición iniciada por Teofrasto y continuada por La Bruyère: retratar a ciertos personajes de la sociedad, en especial de algunas personalidades que se pueden encontrar en el universo editorial y literario. “Son pinceladas, como una instantánea. Aquí nada más presentas el carácter, no se desarrolla en absoluto el individuo, simplemente aparece con su tala moral, con sus vicios y defectos, lo único que permite mostrar los 3 mil caracteres de cada uno de los textos, a diferencia de la novela o del cuento”.
Mucho de lo que escribe Álvaro Uribe, particularmente en estos Caracteres, tiene que ver con lo que conoce de primera mano, en especial de la gente, incluso no sería imposible que alguien retratado en este volumen aparezca retratado un poco más ampliamente en una novela, lo que no deja de ser gran parte de la aventura que se planteó en textos que oscilan entre los ensayos fabulados o las fábulas ensayísticas. “Escribir un libro debe ser una aventura: si desde un principio supiera en qué termina y cuáles son todos los desarrollos, para qué lo escribo, sería profundamente tedioso: en un libro veo la oportunidad de aventurarme en cosas que me son desconocidas, no tengo una escritura programática, quiero que mi vida y mi trabajo se combinen durante el proceso de creación”.
Por ello es que considera al volumen como un retrato de su momento, de ahí que se cuente con una galería principal de personajes a quienes conoce, “particularmente mis congéneres en el mundo de la república de las letras”. “Espero que se note en el libro que no me burlo desde afuera: introduje un personaje que puede ser el lector, pero también se puede interpretar que se trata del propio autor presente en el texto; así aparecen el hombre de las ferias, el crítico, el amigo objetor… una serie de personajes que se critican los unos a los otros y que debían salir, aunque otros se aparecieron más bien por accidente”, a decir de Álvaro Uribe.