Milenio Laguna

Juan Pablo Escobar afirma que la falta de oportunida­des es lo que genera el crecimient­o del narcotráfi­co

“Ningún país ha tenido éxito contra el narco”

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La falta de oportunida­des, la falta de educación, de cultura, de trabajo, aunado al prohibicio­nismo de la venta y consumo de drogas, es lo que seguirá generando el crecimient­o del narcotráfi­co y que historias, como la de Pablo Escobar, se repitan en todos los lugares del mundo, así lo consideró el hijo del capo más conocido de Colombia, Juan Pablo Escobar, quien nos concedió una entrevista durante su visita por Coahuila.

Aunque se ha negado a revelar el contenido de un sobre que su padre le dejó, comentó que hacerlo solo servirá para tener una perspectiv­a diferente del Colombia de ese entonces y del nivel de corrupción que había. “No ha habido ni un país en el planeta, que pueda decir que ha tenido éxito en la guerra contra las drogas”.

Tu promueves la paz, el amor y promueves el que no se repita la historia de tu padre (Pablo Escobar), pero ¿tienes temor de que el odio que hay en contra de tu padre pueda alcanzar a tu hijo? Mi compromiso como persona, como ser humano, es poder realizar todas las acciones necesarias para que, el momento en el que yo ya no esté más en esta tierra, no le toque a él (mi hijo) heredar el mismo legado de violencia, de odio, de rencor y de venganza.

Y espero que nunca sea perseguido por su condición de nieto de (Pablo Escobar), espero que se le reconozca como individuo como ha sido mi lucha personal y desde ese lugar he tenido solamente las mejores intencione­s con mi accionar en la vida, para que nunca él vaya a heredar la misma violencia que a mí me tocó.

Hablas de que no quieres que la historia de tu padre se repita, pero allá afuera hay muchas personas que están siguiendo el mismo camino ¿Qué crees que como sociedad estemos haciendo mal, en qué estamos fallando? No creo que sea un problema de México exclusivam­ente, lo que es el problema es el resultado concreto, directo, del prohibicio­nismo que genera violencia, que garantiza la violencia, que patrocina la violencia, que le da recursos a todas las organizaci­ones criminales para corromper, para amedrentar, para someter a la voluntad de ellos a todas las democracia­s.

Creo que no se han revisado las reglas del juego desde hace 100 años, estamos utilizando las políticas del siglo pasado en el Siglo XXI, y no podemos ser tan ingenuos de pretender que vamos a obtener resultados distintos a las historias de las de Pablo Escobar.

Esas políticas son la garantía de la reaparició­n sistemátic­a de personas como mi padre, no importa su nacionalid­ad, no importa su raza, ni su credo, ni nada, ni su posición política, son garantes de que esta guerra que vivimos, que a mi juicio es como la tercera guerra mundial, no tenga un fin, creo que la verdadera arma para enfrentar este problema es la educación, no las armas.

Estados Unidos es el principal consumidor de cocaína en el mundo y al parecer ese país no ve el problema hacia adentro, siempre se queja de fuera, de Latinoamér­ica, Centroamér­ica. Claro, los culpables siempre están afuera para los estadounid­enses, siempre es como que hablamos de una realidad que parece que es ajena absolutame­nte a ellos, cuando la realidad fueron ellos quienes promulgaro­n y promoviero­n el prohibicio­nismo. Pensar que es un fenómeno exclusivam­ente latinoamer­icano y que solamente se da del muro para abajo de ninguna manera tiene que ver con una realidad, creo que tiene que ver con la percepción que quieren que el mundo mantenga y así evitar la responsabi­lidad enorme que tienen en este tema, en esta violencia, que está desangrand­o a Latinoamér­ica desde hace décadas, sin parar.

Hablas de una reconcilia­ción ¿Qué se necesita más allá de la voluntad? Para reconcilia­rse así como para pelearse se necesitan dos, la realidad es que he vivido experienci­as que me permiten asegurar que la paz no es ninguna utopía, que reconcilia­rse es absolutame­nte posible, muy a pesar de una gran violencia que pueda separarte de otra familia o de otro ser humano.

He tenido casos y sigo teniendo todos los días, eso me llena de esperanza porque si yo puedo hoy, aún después de tantos años, seguir generando esos procesos de reconcilia­ción, de paz y de perdón, entre ciudadanos que pueden mantener mucho rencor por ese dolor que mi padre les ha causado, sin duda que nos llena a todos de esperanza.

Aunado a toda esta cultura del narco también existen las narco series ¿Cómo describes la vida de un narcotrafi­cante? Diría que no conozco narcotrafi­cantes jubilados, que el fin es la cárcel o la

No creo que ningún narcotrafi­cante esté a favor de la regulariza­ción, eso sería el fin de su poder, de su violencia y de todo”.

muerte, la pérdida de sus familiares, de sus seres queridos, el final de su poder y sus fortunas, no hemos conocido un capo que haya podido perdurar en el tiempo eternament­e, es un poder muy efímero.

¿Es la pobreza un semillero de narcotrafi­cantes? Es la desigualda­d, la falta de oportunida­des, la falta de educación, los vacíos que deja el Estado, las escuelas que no se construyen o los barrios, los hospitales o las canchas y la falta de educación, cultura y oportunida­des que, empujadas y patrocinad­as por un prohibicio­nismo, que generan el caldo de cultivo ideal para que personas como mi padre crezcan y crezcan.

¿Más oportunida­des de educación es lo que pudiera evitar que se repita la historia de tu padre? Y de trabajo, pero un trabajo digno, que les permita pagarse sus sueños, sus estudios, sus cosas, no solamente para llegar al ras al fin de mes, un trabajo que les de oportunida­des y un estado que les dé una oportunida­d de educación superior si la persona lo desea, pero de una manera que nos permita construir una realidad diferente.

Hasta ahora, personas como mi padre, con la falta de educación, de oportunida­des y con la decisión personal de ingresar en las filas del narcotráfi­co llegan a ostentar tanto poder que les permite incluso desafiar a cualquier democracia.

Decías también que la guerra es lo que más les da a ganar a los carteles ¿Qué medidas se deberían tomar para ya no proporcion­arles este financiami­ento? Primero que nada hablo desde mi experienci­a personal, como colombiano no tengo intención de tener ninguna injerencia en asuntos internos de ningún país, pero si debo decir que, a mi juicio, el prohibicio­nismo como tal debemos de entenderlo como ponerle agua al jardín, es la mejor manera de que el negocio siga creciendo, de que las organizaci­ones criminales sigan teniendo más poder cada día, de corrupción, de amedrentam­iento, pero de ninguna manera es la forma de acabar con el problema.

Y lo que puede demostrar esto es que no ha habido ni un país en el planeta que pueda decir que ha tenido éxito en la guerra contra las drogas, más allá de que estamos acostumbra­dos a ver como la sociedad norteameri­cana construye películas en las que la Guerra del Vietnam la ganaron ellos, cuando en realidad la perdieron de entrada. Obviamente sé que los que más se benefician del prohibicio­nismo son quienes prohíben y no solamente las organizaci­ones delincuenc­iales, no creo que ningún narcotrafi­cante esté a favor de la regulariza­ción, eso sería el fin de su poder, de su violencia y de todo.

Haz dicho que la política es la mafia más peligrosa. Mi padre decía eso, que era la autentica delincuenc­ia organizada.

A esto se debe que tú no estés interesado, pero ¿has recibido amenazas de algún político? No, en realidad siento que los políticos son lo suficiente­mente inteligent­es para no hacer una amenaza pública y directa, pero siempre se mueven de una u otra manera con tal de querer dañar tu reputación como persona, como hombre de bien, o simplement­e sienten que pueden utilizarte para presentar ciertos éxitos en su política antidrogas, cuando en realidad lo que estamos haciendo, yo en lo personal, es invitar a la reflexión sobre el pasado, sobre esas políticas que están haciendo más daño cada vez.

Mi padre, hace 25 años que falleció (…) y el negocio sigue perfectame­nte funcionand­o, los colombiano­s y nuestro país seguimos ostentando el triste título de ser el primer productor de drogas en el mundo y nunca antes en nuestra historia como país había tantas hectáreas de coca sembradas como hoy.

¿Qué es lo más difícil de sobrevivir? Nunca perder la esperanza, porque cuando vez que tu vida está en peligro constantem­ente, si pierdes la esperanza, si la dejas perder ya es el fin para todo.

¿Se desataría una guerra si revelas el contenido del sobre? No. La guerra ya está desatada desde hace muchísimos años y no la vamos a parar revelando o no revelando sobres, simplement­e nos da una perspectiv­a muy diferente del país que teníamos y del nivel de corrupción que había que es bastante mayor.

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Para enfrentar el problema es la educación, no las armas, afi rma.

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