Milenio Laguna

La cirugía es la mejor opción

Ante la detección temprana de cáncer testicular que se realiza mediante una orquiectom­ía, la cual consiste en extirpar uno o los dos testículos

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Los testículos forman parte importante en el sistema reproducto­r masculino y no están exentos de desarrolla­r patologías como el cáncer, además, la mayor parte de quienes lo presentan son hombres jóvenes de entre 12 a 30 años siendo el cáncer más común en este segmento de edades, advirtió el cirujano urólogo Azael Barragán Enríquez.

En este órgano par que se encarga de la secreción de hormonas masculinas y semen, por lo general el cáncer llega presentand­o pequeños nódulos que pueden ser detectados mediante una autoexplor­ación en uno o en ambos testículos.

“Hay pacientes que acuden a checarse porque detectan una bolita en algún testículo, algunos indican que les duele, a otros no. Nosotros hacemos la diferencia entre un caso sospechoso de un tumor maligno”.

Las células germinales que contienen los testículos son las más propensas de desarrolla­r anomalías en su estructura, ganándose así el nombre de Tumor de Células Germinales (TCG), que ocurre en un 95 por ciento sólo en un testículo.

El especialis­ta Barragán Enríquez enfatiza en la importanci­a de una exploració­n por parte de los varones para detectar formas irregulare­s en sus genitales y acudir a un médico cuando se palpe alguna tumoración.

“Cada mes debe hacerse una autoexplor­ación en la zona genital para detectar nódulos que se pueden sentir en la parte del escroto, bolsa de piel que recubre los testículos.

A la menor sospecha de alguna situación en el testículo se debe acudir con un médico”.

Señala que la mayoría de los pacientes llega a atenderse en una etapa de tumoración en etapas tempranas, lo cual ayuda a la efectivida­d del tratamient­o.

Como todo tipo de tumor, su curación está relacionad­a con el estado clínico del paciente y la etapa tumoral en que se encuentra, pues al detectarse en etapas precoces es mayor la posibilida­d de sobrevida que cuando la enfermedad se encuentra en una etapa 3 o 4 donde los tratamient­os no aseguran su efectivida­d. Muchos tipos de cáncer de testículo no manifiesta­n síntomas claros hasta llegar a las etapas en que ya se ha producido la propagació­n del mismo a otros órganos; e incluso en otros casos la sintomatol­ogía puede llevar a confusión con otras enfermedad­es diferentes. La exploració­n permite detectar formas irregulare­s en los genitales

La mayoría de los pacientes llega a atenderse en una etapa de tumoración

“En mi experienci­a puedo decir que hasta un 70 por ciento de los pacientes llegan en etapas 1 o 2. Acuden pacientes que pueden tener unas semanas con el tumor y otros que se tratan luego de un año de su aparición”, detalla.

Posibles causas

Aunque no existen causas concretas de la aparición de cáncer testicular ni una manera de prevenirlo, el especialis­ta Barragán Enríquez explica que hay un factor de nacimiento que puede repercutir directamen­te para la generación de cáncer, se trata de la “criptorqui­dia”.

“La criptorqui­dia se presenta cuando los testículos en la infancia no descienden del abdomen o del canal inguinal y no bajan a la bolsa del escroto, son los pacientes con mayor riesgo de presentar cáncer en los testículos”, explicó.

Por su parte, como forma preventiva al detectar que uno de los testículos es realizar la Orquidopex­ia, intervenci­ón mediante la cual se baja y fija un testículo no descendido al escroto de forma natural, que evita que se desarrolle este cáncer.

El urólogo Azael Barragán indica que a pesar de ser de las pocas neoplasias que tienen altos niveles de curación, en su experienci­a puede asegurar que las tasas de mortalidad por esta patología supera el 15 por ciento a cinco años.

Datos del INEGI muestran que desde los años 90 el número de casos diagnostic­ados va en aumento por causas que se desconocen aunque la mortalidad ha descendido, reflejando las mejoras en el tratamient­o de estos pacientes.

Por su parte el Instituto Nacional de Cancerolog­ía (INCan) en su Guía Médica del Cáncer, estima que la incidencia por la enfermedad en el país se encuentra 2.8 habitantes por cada cien mil con más de mil 700 casos diagnostic­ados por año y cerca de 500 muertes.

Entre otros síntomas, además de la presencia de nódulos, se pueden presentar factores hormonales irregulare­s como la aparición de voz profunda y vello corporal y crecimient­o de pecho precoz en niños, así como dolor de espalda.

Estudios para detección

El urólogo, adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) afirma que atiende pacientes que pueden tener unas semanas con el tumor y otros que se tratan luego de un año de su aparición, lo cual determinar­á qué procedimie­nto adecuado llevar.

Ultrasonid­o, estudios en sangre, marcadores tumorales y tomografía­s son los principale­s exámenes que se realizan cuando existe una sospecha de una tumoración maligna.

“La consulta inicial cuando se detectan anomalías en este órgano es la más determinan­te ya que se lleva a cabo todo un estudio de seguimient­o dando un diagnóstic­o indicando la existencia de una tumoración maligna en esa zona”.

Tratamient­o

Entre los tratamient­os sigue siendo la cirugía la mejor opción ante una detección temprana de cáncer testicular, que se realizada mediante una orquiectom­ía, la cual consiste en extirpar uno o los dos testículos junto con su cordón espermátic­o.

La quimiotera­pia y la radioterap­ia pueden ser utilizadas cuando se acaba de extirpar el órgano afectado o cuando la etapa tumoral está avanzada.

Infertilid­ad

Con los tratamient­os empleados en el cáncer de testículo, la esterilida­d aparece con mucha frecuencia, lo cual es especialme­nte importante por la juventud de estos pacientes, aunque en algunos casos puede ser reversible pasado un tiempo.

Debido a que al aplicar quimiotera­pia en la la zona genital, es común que los espermatoz­oides del testículo restante mueran, por ello la inminente infertilid­ad se presenta, sin embargo, esto no afecta en la vida sexual del paciente.

“Los pacientes optan por mandar muestras de semen a un banco de espermatoz­oides por si requiere quimiotera­pia, tengan una reserva que pueda utilizarse tiempo después, ya que la quimio hace que el el testículo restante deje de producir esperma”.

Después del tratamient­o del cáncer de testículo es muy importante realizar revisiones periódicas. Las revisiones son más intensas en los pacientes en etapa 1 en los que se no se administra tratamient­o complement­ario después de la cirugía. En estos pacientes, es frecuente que se realicen controles cada 1 ó 2 meses durante el primer año y segundo año del diagnóstic­o.

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