FEMINISMO, FEMINICIDIO Y DESEO: EL REGRESO DE THE BREEDERS
La banda de la ex Pixie regresa tras diez años de ausencia con lo que bien podría ser el mejor álbum de la agrupación
rencia de Steve Albini, quien volvió a guiar el sonido de las Breeders para este regreso, llevándolas por el camino correcto de las guitarras slacker, primitivas y melódicas), lo que impera en All Nerve es una atmósfera de gozosa madurez, resignación y elocuente oscuridad. Tan solo “Metagoth”, el track 4, es la declaración de guerra frente al sonido juguetón, risueño, fiestero y de distorsión calculada y nerd que implicó LastSplash.
Si la mística femenina fuera un
Allnerve salió al mercado muy pocos días antes del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que diversas posturas feministas suelen colisionar unas con otras y que en 2018 germinó entre movimientos como el #MeToo y la contraparte francesa, que dio pie a intensos debates sobre las relaciones entre hombres y mujeres,
En ese contexto, All Nerve hace homenaje a su nombre mediante la radiografía del sistema nervioso desde la confidencia de lo que para Kim Deal significa lo femenino, casi como un dogma, expuesta sin matices, con cambios bruscos de humor, aplastando circunloquios que se desgastan en palabrería y paja con tal de no insultar o reforzar clichés; normalizar, dirían algunas posturas feministas actuales. “Vivo siempre estrangulada por las palabras correctas”, canta Kim en “Wait In The Car”, el primer sencillo del álbum que sonó como promoción previo al lanzamiento oficial y representa el momento optimista del disco.
Todas las letras, escritas por Kim, algunas en colaboración con Josephine, a excepción de “Archangel’s Thunderbird”, que es un cover de la original de Amon Düül, banda pionera del krautrock alemán, son disecciones femeninas sin anestesia, por eso evocan esa sensación de cuando aprietas los dientes mientras te ponen alcohol en una herida recién hecha, a ratos autoinfligidas, como en LaSecretaria, la película de Steven Shainberg con Maggie Gyllenhall encarnando a una chica romántica y masoquista.
Kim se burla de sus propias paranoias, como la primera canción del álbum, “Nervous Mary”, en la que Mary piensa en chicos que no sabe si la están cortejando o acosando: “La nerviosa Mary tuvo un día de nervios” reza el estribillo; lo misma que se toma en serio sus deseos y romances, la canción homónima del álbum, “All Nerve”, es eso, una breve y ardiente declaración de amor, cursi y porno; tampoco evade la soledad femenina en medio de un sociedad tan desapegada como el instinto patriarcal. “Spacewoman” es un amasijo de sentimientos encontrados, empoderamiento y desengaño, buscando respuestas mientras una manada de hombres tan solo se deja llevar por un partido de beisbol.
Esplendor de visceralidad femenina, eso es All Nerve. Cabe señalar que su delicada crudeza quizá tenga que ver con el lugar en el que fue grabado, Ohio, estado estadunidense con un pasado de apoteosis y decadencia industrial de la que es oriunda Kim Deal.
Si bien la discografía de los Breeders a veces naufraga entre la irregularidad y un poquito de oportunismo, a las convicciones guitarreras de Kim Deal, que no permiten ningún tipo de intromisión computarizada o digital, no se les puede regatear absolutamente nada. Y AllNerve es una presea que ante todo, y por el bien de todos aquellos que llevamos esa portada del corazón rojo salpicada de grasa tatuada en nuestra nostalgia noventera, marca madura distancia con el bendito LastSplash.