Milenio Laguna

“Pancho” Villa aún no se rinde, informa la Secretaría

Después de muchas especulaci­ones sobre su rendición y captura, el rumor lo soltó la Secretaría de Guerra, porque según le pusieron una recia al vándalo en el rancho El Espejo, en Chihuahua

- Cecilia Rojas

Ycomo ya se iba flaco, cansado, ojeroso y sin ilusiones, y sin gente, y sin pertrechos, pues se les hizo fácil. Se les hizo fácil decir que ya estaba prácticame­nte rendido, pero como los mexicanos somos bien chismosos, gracias a Dios, el rumor se fue haciendo más grande y más grande hasta que casi casi dieron por muerto al socarrón de Villa. Del ser probable al es, hay un trecho.

La sección editorial venía firmada por Excélsior, que hablaba sobre el recienteme­nte pasado trago de aceite después de que los vecinos del norte estuvieron a punto de invadirnos por enésima ocasión. En diez años, nos anduvieron cocoreando con eso a cada rato, y ya después de que decían que siempre no, la gente se sentía aliviada.

Peor aún, se sentía confiada de la dizque buena voluntad de los gringos. El problema es mayúsculo y también planteaba futuros roces con ellos. Inevitable­s, porque pues estamos pegaditos. Lo cierto era que tampoco nos habíamos mostrado solidarios con otros países que hubieran pasado por algo parecido. Y a la fecha, las cosas siguen muy parecidas.

En Coahuila fue muy bien recibida la noticia de que Carranza había aceptado ser candidato al gobierno de la entidad, y los de San Pedro ya estaban preparando la propaganda, a fin de garantizar que ni de chiste, fuera a perder contra cualquier otro que se fuera a postular.

Mientras tanto Torreón estaba prácticame­nte en la banca rota, y se decía que prácticame­nte todo el ayuntamien­to estaba corrompido hasta los huesos usando los dineros públicos para fomentar vicios y cebar holganzas. Por decir algo, el presupuest­o que ajustaron para 1920 incluía aumentos de sueldo a algunos funcionari­os.

Aunque algunos ediles se opusieron, se decía por ahí que había una manilla que movía la cuna de Guerra. La de un reputado médico y funcionari­o de salubridad, que propuso su sueldo a 400 pesos extra, además de que sacaba como mil 500 pesos por cobros a las meretrices que quisieran ejercer de modo digamos legal.

Aparte había rumores muy feos de que Torreón quería por la malagueña, despojar a Matamoros y San Pedro de algunos de sus recursos naturales, vía solicitud al congreso, para sacar más dinero. Pretendían anexarse ranchos y haciendas por que no tenían llenadero.

Ferrocaril­eros españoles iban a pedir a su gobierno que les dieran chanza de aumentar las tarifas que tenían, porque ya los costos eran muy altos. Allá en Iberia, el socialismo iba ganando adeptos; llevaban como 20 mil afiliados y representa­ntes darían a conocer los acuerdos del Congreso Internacio­nal del Trabajo que se llevaría a cabo el día 14 en Washington.

Tras la guerra, la Asociación Neptuno relacionad­a con los marinos yanquis, emitía un comunicado en el que anunciaba la sustitució­n de tres mil extranjero­s que habían servido en la guerra, pero les iban a dar por mientras, patentes provisiona­les. Querían puros gringos.

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