El movimiento antivacunas y el regreso del sarampión a México
Desde hace 22 años, México es un país libre de casos autóctonos de sarampión. El virus ha sido erradicado en nuestro territorio.
Sin embargo, durante estas dos décadas se han registrado 176 personas que han sido contagiadas en el extranjero y han traído el virus de vuelta. Esta semana hubo cuatro diagnósticos: uno en Baja California y tres en Ciudad de México. Del caso bajacaliforniano no se conocen detalles, pero de los tres de la capital sí: una diplomática italiana tuvo contacto con un connacional portador de sarampión, se enfermó y después transmitió el virus a su hijo y a la persona que cuida de él.
Según Pablo Kuri, subsecretario de Pre- vención en la Secretaría de Salud, el niño, de un año, no tenía la vacuna porque no estaba en edad de recibirla. Como todo infante, el niño depende de la “inmunidad de manada”; es decir, depende de que las personas a su alrededor estén vacunadas para que el virus no lo infecte.
Italia, a pesar de ser considerado un país desarrollado, es uno de los principales focos de sarampión a escala mundial. Según la BBC, en 2017 hubo 5 mil seis casos del virus en el país. La cifra ha aumentado en los últimos años, y esto se debe en gran parte a la propaganda política, en particular la del partido Movimiento 5 Estrellas, uno de los grandes ganadores de la última elección, y promotor de un falso vínculo entre las vacunas y el autismo.
El falso vínculo, a su vez, se remonta a 1998, cuando Andrew Wakefield, un doctor inglés, publicó un estudio en la prestigiosa revista médica TheLancet en el que afirmaba que la vacuna antisarampión generaba un nuevo tipo de autismo.
El estudio, después retractado —Wakefield perdió la licencia médica—, ha tenido consecuencias catastróficas a escala mundial. Las tasas de vacunación han bajado; las enfermedades que se habían erradicado han vuelto. Y más gente se contagia y muere de algo que se puede prevenir.
Hay quien dice que las noticias falsas no tienen efecto alguno. Lamentablemente, casos como éste nos demuestran lo contrario.