El oncólogo
Jesús Edgar Díaz Romero, del Centro Oncológico del Hospital Ángeles Torreón, señala que en su mayoría las detecciones tempranas son descubiertas por casualidad al atenderse por otros malestares y realizar ultrasonidos abdominales
Aunque en México no sea de los más comunes, el cáncer de riñón es de los carcinomas que están dentro del grupo de los considerados ‘silenciosos’ que en sus primeras etapas de formación tumoral no presenta ningún síntoma, lo que genera que cuando se presenten molestias, signifique un estadío tardío aumentando así su peligrosidad y la posibilidad de perder el órgano renal. Aún así, en México se registran cerca de 4 mil nuevos casos de este tipo de cáncer, expresado en la Reunión de Expertos en Cáncer de Riñón organizada por la Asociación ALE y llevada a cabo en la Ciudad de México a finales de 2017. El oncólogo Jesús Edgar Díaz Romero, del Centro Oncológico del Hospital Ángeles Torreón, señala que el tipo de cáncer renal más común es el cáncer de células claras y se presenta mayormente en los hombres en edades entre los 40 y 60 años en promedio. Añade que en su mayoría de las detecciones tempranas son descubiertas por casualidad al atenderse por otros malestares y realizar ultrasonidos abdominales. “En las primeras semanas de la aparición del tumor pasa totalmente desapercibido y por lo general son descubiertos cuando se hace un ultrasonido abdominal por otros malestares y ya dependerá del tamaño se mandan a otros estudios como tomografías de tórax”. Si bien sigue sin existir con precisión los posibles factores de riesgo además de los comunes del tabaquismo y la obesidad, la Sociedad Americana Contra el Cáncer agrega el mal uso de algunos medicamentos y síndromes familiares hereditarios como la enfermedad de Von Hippel- Lindau. Cuando los síntomas aparecen, según indica el especialista Díaz, se presenta por lo regular dolor en el costado del cuerpo o la espalda, sangre en la orina o una protuberancia en el abdomen. Detalló que la gran parte de los pacientes detectados llegan en etapas 2 o 3, teniendo como primera opción la cirugía, no obstante existen altas posibilidades de que el mal se extienda hacia otros órganos. “Las etapas tumorales en este caso llegan a la 2 y 3, sin embargo en estas etapas hay riesgo de que regrese la enfermedad ahí mismo o al pulmón, principalmente, además del hueso y ce- rebro”, señala. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), en México el registro histopatológico de neoplasias malignas informa que hasta 30% de los pacientes presentan enfermedad metastásica y al momento del diagnóstico que entre 20