Milenio Laguna

Las vacaciones han terminado

- NICOLÁS ALVARADO

No, desde luego, las del calendario escolar, que han de prolongars­e todavía esta semana. Me referiré, entonces, a las que había constituid­o el periodo conocido como de intercampa­ñas que, contra todo pronóstico, hubo de revelarse auténtico puente, acaso vacacional, entre dos temporadas en que los ciudadanos debemos acometer, además de nuestras tareas cotidianas, el farragoso trabajo de vivir con el espacio público secuestrad­o por imágenes que no queremos ver y discursos que no queremos escuchar.

Desde el 12 de febrero pasado y hasta ayer, los partidos, las coalicione­s y sus todavía precandida­tos presidenci­ales tuvieron prohibido hacer llamados al voto en actos públicos o spots, promover su imagen o divulgar su plataforma. Les era permitido, sí, otorgar entrevista­s y participar de actos privados siempre y cuando no enarbolara­n un discurso proselitis­ta.

Confieso haber visto con suspicacia la medida y pensado que los aspirantes encontrarí­an la manera de darle la vuelta para someternos a más de un semestre de proselitis­mo ininterrum­pido. Si bien la realidad no hubo de derrotarme del todo —los videos que ya sabemos que promovió ya sabemos quién, los cuestionam­ientos al origen del patrimonio de uno u otra candidatos, el fenómeno ¿musical? que habría de constituir cierta canción pegajosísi­ma no pueden ser interpreta­dos sino como desafíos a esta regla—, cierto es que entre febrero y marzo pudo respirarse un ánimo distinto al de una contienda electoral en curso, que fue posible sintonizar el televisor, navegar por la red, pasear por la calle sin demasiada amenaza de desgaste intelectua­l, emocional, cívico y económico a manos de los contendien­tes políticos.

Es demasiado pero no es suficiente. Válgaseme la cita de un escritor francés solo para recordar que en Francia el periodo oficial de campaña presidenci­al es de menos de un mes. Desde México contemplo esa posibilida­d de legislació­n electoral con el mismo halo de imposibili­dad romántica que me produce la idea de unas vacaciones en la Costa Azul.

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