Con sus apodos
E stas elecciones parece que tendrán su toque humorístico, ya que el Instituto Nacional Electoral autorizó que los candidatos a diputados federales, puedan aparecer en las boletas electorales con sus apodos. No cabe duda que el mismo INE está provocando que el proceso electoral no tenga la seriedad debida, por lo que todo se puede tomar a broma, juego o como se le quiera llamar. No nos imaginamos que en la boleta se pueda votar por “El Cuije”, “La Rana”, “El Camaleón”, etcétera. Según la gente del INE, el alias de los candidatos aparecerá antes del nombre completo, por lo que así en los distritos, podrán ser identificados todos aquellos que sean más conocidos por sus apodos que por sus nombres. Por eso estas elecciones tienden a tener un ambiente tenso, en el cual parece que no existe el respeto, además que uno que otro partido metió en sus listas a personajes para muchos mexicanos nada gratos, los cuales son conocidos pero por su mala reputación. Claro que hay otros que son muy conocidos por sus sobrenombres, como María Isabel Saldaña “La Güereja”, quien defenderá al partido Nueva Alianza o bien Ramón Demetrio Guerrero, “El Mochila” y Javier Gerardo Gutiérrez, “Fuerza Búfalo”, ambos de Movimiento Ciudadano, sin olvidar a Erick Morales, “El Terrible”, entre muchos otros. En estos momentos, los abanderados de los diferentes partidos a la silla presidencial se refieren a sus rivales políticos por su nombre, los ataques son directos, no se detienen para lanzar indirectas muy directas. Esto, lo único que va a lograr es que los ciudadanos en edad de votar pierdan interés en el proceso electoral, que vean a los candidatos a la Presidencia de la República como contrincantes en un cuadrilátero, no como personas que buscan dirigir el destino de los mexicanos. No cabe duda que estas elecciones serán diferentes, por lo que después del primero de julio nadie se debe decir sorprendido, como nadie debe de empezar con el famoso voto por voto y casilla por casilla, así como tampoco gritar a los cuatro vientos de un fraude electoral. Las reglas de la contienda ya están puestas, ahora solamente falta que los contendientes, con apodos o sin ellos, las respeten.