Necesitamos la música, el canto, la ópera
M ás de una vez he visto a grupos de niños de primaria y a familias con menores entrar en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, avanzar por el piso de mármol y ocupar las butacas de ese teatro con el telón del Valle de México, con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, hecho por la Casa Tiff any en Nueva York e inspirado en un cuatro del Dr. Atl. Me dije, qué suerte de crecer con lo mejor de la cultura y del arte al alcance de la mano.
No hay duda de que este tipo de experiencias, cuando son sistemáticas o inclusive cuando ocurren sólo una vez, afecta la psique y la personalidad de un niño de una forma muy profunda. Con idealismo, diría que ese niño o niña se volverá en un mejor ciudadano, que tendrá una más amplia imaginación y que apreciará aspectos de la vida para otros invisibles.
Por fortuna, es posible ver estos conciertos matinales desde cualquier lugar del mundo en el sitio de internet livestream. com/inba.
Este sábado 21 de abril, Sergio Vázquez Hernández, pianista de Bellas Artes y un maestro reconocido en el mundo de la escenificación operística, me invitó a ver el programa “Canita conoce a Coquín. Concierto didáctico para diva y clown”, el cual reúne piezas de Mozart, Gershwin, Ponce, Revueltas, Rossini, Bizet y Cri- Cri, acompañadas de explicaciones sobre la composición, el montaje y la escenificación de la ópera.
La ópera, como enseñó el programa de este sábado, es la reunión del teatro, la danza, la música, el canto y la literatura; tiene una edad de cuatro siglos, y nos enseña sobre las pasiones humanas y sus consecuencias. No puedo pensar en una expresión que abarque tantas formas de comunicación.
La buena noticia es que el sitio de internet encontramos también, sobre todo, la mayoría de los conciertos que se llevan a cabo en esa casa del arte. Es muy recomendable estar al pendiente de la programación y hacer nuestra la música, la danza y el canto. Estos son algunos de los privilegios que aún nos quedan en este México contradictorio, mientras los políticos pelean esa batalla de la nación en el cielo, y nos reescriben el presente y el futuro. Pero hagamos que la cultura permanezca y triunfe dentro de nosotros, y escuchemos música, canto, ópera.