E Las risas grabadas se compran por separado
s difícil dilucidar qué es más digno de llevarse la chamuscada del momento como denominación de origen: si los nuevos spots del dotor Mit y Chicken Little Anaya contra El Peje donde en un alarde de inteligencia y sentido común lo comparan con Hugo Chávez, prácticamente lo alían con Kim Jong-un e ISIS, que hasta hace pensar que el PRI y el PAN comparten gastos con el mismo publicista que debe ser un genio, o el tremendo soplamocos que le aplicó el ingeniero Cárdenas a la Barrales alegando que una imagen con ella no significa apoyo, que él está con Marco Rascón. ¡Tómala!
Al Bronco no se le incluye porque está en una categoría aparte de la autoparodia, porque cada vez que de su ronco pecho emergen tepocatas y víboras prietas, necesariamente compite contra sí mismo. Y Margarita, que es lo opuesto al karisma, pues no alcanza ni registro salvo cuando, como ahora, ha trascendido que en efecto siempre ha vivido en su casa, solo que ha ido comprando los terrenos de al lado para hacerse su propia casa blanca.
Como quiera que sea, está difícil la decisión, la competencia está durísima. Sin embargo, todos estos personajes pueden ser derrotados por los fiscales de la patria que al enfrentar mediáticamente cualquier situación compleja como el secuestro, asesinato y po-
zoleo a jóvenes, ya sea en Jalisco, en Morelos o ahora en Oaxaca, siempre salen a poner su cara de chancla, a hacer su misma enérgica condena, que le dejarán caer todo el peso de la ley a los culpables, que nadie fuera de la ley, que todos dentro y jaladas por el estilo.
No entiendo por qué estos funcionarios de a peso (ya vimos al señor Xavier Olea de dudosa memoria, salir corriendo de la fiscalía de Guerrero ante sus notarias incapacidades en cada ejercicio de tremendismo hiperviolento que aterrizaba en aquellas infaustas geografías) repiten cual robots el mismo machote. Por lo menos le deberían de echar la culpa a AMLOVE para estar bien aclimatados en el ambiente político de hoy.
Pura gente de bien como el góber Aristóteles, que ahora, después de los chicos muertos y disueltos en ácido, con tal de quedar bien, hasta quiere salir a marchar en contra del pinche gobierno que él mismo encabeza.
Debería de aprender del dúo dinámico de Mit y Anaya, que a la hora de reportar para la sección “Así o más demagogos” han dicho: “Le tengo miedo a Andrés” como si hubiera dormido con él un mes. Y luego Ricardito declaró: “Si no fuera candidato votaría por Margarita”.
Las risas se compran por separado.