Milenio Laguna

En Jalapa, Veracruz seguían los temblores

Mientras, continuaba­n las actividade­s encaminada­s a recolectar fondos para las personas que fueron víctimas de los desastres en los estados de Puebla y de Veracruz

- Redacción

Las labores fueron heroicas, ya que no se contaba con muchos adelantos para brindar auxilio. En la última sacudida, seguían las pérdidas humanas y materiales.

Era muy intensiva la campaña anti bolcheviqu­e en todo el mundo. Las agencias de prensa enviaban artículos diversos que a veces se publicaban y a veces no. Sin embargo todos eran de gran interés. Uno de ellos salió en nuestro diario y describía las condicione­s de vida que en menos de dos años habían cambiado brutalment­e para los rusos.

La constante era el hambre. El pan estaba racionado según las labores que realizaban los rusos. A los burgueses se les restringie­ron los derechos al máximo: solo tenían derecho a oler el pan. Los que recibían más eran los soldados y funcionari­os. Se fabricaba el pan negro, de harina sin refinar, muchas veces con restos de aserrín.

Una delegación visitó a Trotsky en Petrogrado para reclamar por el hambre. Les dijo que eso no era hambre, que la verdadera hambre llegaría cuando diez hombres estuvieran a la caza de un ratón para comerlo. Los profesores universita­rios a partir de los 60 años recibían en pago media libra de pan al día, casi como las horas clase en Ciencias Políticas. Eso decían.

La doctrina no obstante cundía en el mundo. EU tenía fichado a medio mundo que insinuara algo sobre defensa laboral. Se comparaba a los lideratos del bolchevism­o como una manada de lobos enjaulados que solo tenían disponible agua y eran soltados ante un rebaño de ovejas, por que el hambre no era para ellos.

Por miles de años la humanidad soportó la humillació­n del poder. No se puede decir que mejoró nada. El comunismo se terminó, el capitalism­o pervive reforzado y la vida sigue, con la muerte de los que a pesar del esfuerzo no logran salvarse y en este caso, habrá que señalar que la muerte es la más democrátic­a de todas las cosas humanas.

Al igual que la enfermedad, que desde luego se solventa mejor con recursos. Entre soldados gringos en un campamento en Illinois, brotó la influenza española. Casi dos mil estaban enfermos y ya se contaban por docenas los fallecidos. También había epidemia de pulmonía. Entonces no se andaban con remilgos, y para la buena suerte de EU, el lugar estaba aislado. México temía el mal, porque también en Cuba lidiaban con la influenza.

Berlín anunció la creación de nuevas cortes que eran especiales para castigar todas las negociacio­nes ilícitas en Alemania y así evitar los contraband­os. Los permisos para venta estaban restringid­os a artículos de primera necesidad, nada de frivolidad­es. Entre los castigos había cárcel y multas económicas.

En Matamoros por fin se puso la primera piedra del nuevo templo católico, y aunque invitaron al Obispo de Saltillo, no vino, pero apadrinaro­n el evento las gentes bien de este municipio. También ellos querían ver el avión del Capitán Santa Ana, así que programó un raid aéreo por aquellos rumbos.

Cerramos con broche de oro, porque el gobierno de Carranza dio la orden de que todo aquel mexicano que declarara ante el Senado gringo contra México respecto al caso del Cónsul Jenkins, sería considerad­o traidor a la Patria y tenía prohibido el regreso al país, porque la traición a la Patria era castigada con la muerte. ¡Zaz!

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico