El neoliberalismo en México y América Latina
Treinta y seis años de una política que al final del día solo ha beneficiado a unos cuantos empresarios
Ya que insisten en hablar de populismo, mejor hablemos un poco del neoliberalismo en México y en América Latina. Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Seis sexenios de gobiernos neoliberales en México.
El neoliberalismo en América Latina ha condenado a la pobreza a más de la mitad de la población de nuestro continente. Los pueblos latinoamericanos viven crisis de violencia e inseguridad; los gobiernos neoliberales han devastado los recursos naturales y han impulsado los proyectos de muerte; han despojado a los pueblos originarios de sus territorios y propiciado la desigualdad, no solo en los ingresos, sino entre hombres y mujeres, entre grupos étnicos y regiones geográficas; han sembrado el odio entre pueblos y razas. El neoliberalismo ha tratado de eliminar las responsabilidades básicas del Estado, terminar con la solidaridad y fomentar una sociedad basada en el consumo y el individualismo.
Aquí podríamos hacer amplias referencias a lo ocurrido en Argentina y en Brasil con los gobiernos neoliberales de Carlos Saúl Menem y José Sarney, respectivamente. Hablar del llamado Consenso de Washington y del Plan Brady, de renegociación de deuda, de pérdida de soberanía, de remate de empresas y recursos públicos, del abandono a las responsabilidades del Estado, de modernizaciones fallidas, pero en el fondo se encuentra una Latinoamérica devastada. Centremos la atención en México: 36 años de una política que al final del día solo ha beneficiado a unos cuantos empresarios que han amasado enormes fortunas.
Si habláramos de programas sociales para incidir en el apoyo popular tendríamos que referirnos al Programa Nacional de Solidaridad, de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo; al experimento fallido de la “changarrización”, de Vicente Fox; al Seguro Popular, de Felipe Calderón, y a Prospera y la Cruzada contra el Hambre, de Enrique Peña Nieto, por citar algunos de los programas con claras intenciones electorales y de manipulación política.
¿Con qué cara el candidato del PRI o el candidato del PAN pueden presentarse ante la ciudadanía y pedir su voto para la continuidad de este proyecto económico? Treinta y seis años de un proyecto rapaz que tiene a México en la crisis y la pobreza. ¿De qué le ha valido a Meade la sólida preparación en universidades extranjeras, si ha servido a gobiernos corruptos e ineficientes? Andrés Manuel está arriba en las intenciones del voto porque la sociedad ya no quiere seguir con lo mismo y la continuidad está representada por Anaya y por Meade.
Lo que propone Andrés Manuel López Obrador es un programa que ponga en el centro de la política gubernamental a los sectores más desprotegidos y vulnerables de la sociedad. Otorgar becas a personas con capacidades diferentes, a madres solteras y a adultos mayores es justicia.
Efectivamente existe una disputa por la nación. Tenemos pendiente la cuarta transformación de la República. Del lado de la defensa del neoliberalismo están PRI, PAN, sus aliados y voceros; del otro lado, Andrés Manuel López Obrador y la mayoría de la población. Lo bueno de todo esto es que en menos de 60 días las urnas hablarán y pondrán cada cosa en su lugar. Así de fácil y así de sencillo.