Gibson ya desafina en el negocio de guitarras
ante un tribunal en Delaware esta semana, también dijo que reduciría la unidad de Gibson Innovations. El mal desempeño de los audífonos y la operación de entretenimiento para el hogar que compró en 135 millones de dólares a Philips en 2014 fue la causa principal de su presentación, según creen los ejecutivos de la industria.
Henry Juszkiewicz, presidente y director ejecutivo de Gibson, soñaba con crear “la compañía de estilo de vida musical más importante del mundo”, pero la deuda que asumió Gibson para financiar la diversificación terminó por hacer que su participación de 36 por ciento ya no tuviera valor.
Solo unos meses después de cerrar el acuerdo con Philips, una fuerte devaluación del euro hizo pedazos los márgenes de utilidades de la compañía que pagaba en dólares por sus materiales pero principalmente vendía a Europa. Después de desacuerdos sobre su estrategia de fijación de precios, Juszkiewicz tomó el control práctico, pero el daño ya estaba hecho.
De acuerdo con Brian Majeski, editor de una revista de la industria musical: “La quiebra de Gibson realmente no tiene nada que ver con el negocio de guitarras: básicamente es el colapso de los electrónicos de consumo”.
Hubo otros factores adversos. Como en el año pasado 2017, en la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas, se impusaron las restricciones inesperadas para la venta transfronteriza de la madera palo de rosa.