Milenio Laguna

Presuntame­nte, gavillas de villistas arribaban a GP y Lerdo

Según se dijo provocó que los que pudieron o al menos se dieron cuenta, se fueran hechos la mocha a Torreón, en carros, en tren, a pie, en burro, como fuera, buscando refugio

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Ypara que al fin y al cabo todo quedara cerca y en Torreón también la gente estuviera con el pendiente. Porque para esto, según se dijo, venía el mismísimo Pancho Villa encabezand­o la hecatombe. La partida era de cien bandoleros, que saquearon algunos negocios. El primer aviso lo dio un campesino que laboraba tierras en un rancho a ocho leguas de Lerdo y que se dejó ir a la presidenci­a en caballo para contar.

Hubo un pequeño enfrentami­ento a la altura de lo que probableme­nte sea hoy el Parque Victoria, se cita como el parque a la entrada de la población, entre los villistas y tropas leales del General de guarnición Ricardo González V. que se fue a corretear a los villistas después de que dejaron acá sus desgarriat­es. Esa era la informació­n preliminar.

Todavía quedaban por la ciudad varias granadas de las épocas de las batallas revolucion­arias que tuvieron lugar en esta ciudad. Un niño se encontró una en el corral de su casa. La mamá del menor quiso prevenir la tragedia, desatornil­ló la espoleta, vació los balines y la pólvora, y en sus planes estaba aventar ese artefacto al fuego.

Aparenteme­nte se olvidó del asunto y uno de sus niños agarró la granada para jugar. Se fue a una cuadra de la Plaza de Armas y el y otros niños en su inocencia, lo agarraron como si fuera un trompo. Varias veces lo lanzaron al suelo hasta que estalló, destrozand­o las piernas de una pequeñita.

Al médico Lope Nuño Gómez, Cónsul de España en México, intentó ahorcarlo un dipsómano en su consultori­o. El briago era según mostró con algunos documentos, de origen francés y padecía una enfermedad venérea para la que quería tratamient­o sin costo, pero después pidió dinero para volver a su país, y como el galeno no se lo otorgó, intentó matarlo. Un escándalo.

Otro escándalo ocurrió en Nueva York, cuando a plena luz del día bandidos yanquis atracaron pistolas en mano, el Manhattan Bank. Los bandidos mandaron al más tonto al parecer, por que el cajero no se inmutó y entabló una lucha con el maleante, cuyos cómplices huyeron. Lo detuvo la policía, y al cuestionar­le sus motivos, dijo que iba pasando por ahí y se le ocurrió.

Senadores republican­os gringos se negaban a transigir en que se hicieran cambios en el artículo 10 de los Tratados de Versalles y pidieron que se detuviera intempesti­vamente cualquier arreglo posible con los caídos. El artículo decía: “Los miembros de la sociedad se compromete­n a respetar y a mantener contra toda agresión exterior la integridad territoria­l y la independen­cia política presente de todos los miembros de la sociedad. En caso de agresión, de amenaza o de peligro de agresión, el consejo emitirá opinión sobre los medios de asegurar la ejecución de esta obligación”.

Mientras que 500 españoles llegaban a Nueva York a trabajar, los vecinos del norte seguían discutiend­o sobre el ingreso de mexicanos, cubanos y hasta canadiense­s en su territorio, para los mismos fines. En particular se necesitaba mano de obra en los estados sureños, a riesgo de perder cosechas completas.

 ??  ?? Con este peladísimo bikini andaba Edith White en las playas de Nueva York durante el verano de 1920; fue multada. Ella demandó al gobierno neoyorkino por 10 mil dólares.
Con este peladísimo bikini andaba Edith White en las playas de Nueva York durante el verano de 1920; fue multada. Ella demandó al gobierno neoyorkino por 10 mil dólares.
 ??  ?? La máquina de la foto trituraba y cargaba carbón de las minas, y los mineros no la querían por que les iba a quitar mucho trabajo.
La máquina de la foto trituraba y cargaba carbón de las minas, y los mineros no la querían por que les iba a quitar mucho trabajo.
 ??  ?? Teníamos muchos almacenes de vinos y licores en la región, como este almacén en el que también compraban botellas de cerveza y de vino vacías.
Teníamos muchos almacenes de vinos y licores en la región, como este almacén en el que también compraban botellas de cerveza y de vino vacías.
 ??  ?? La máquina de escribir Royal era la reina. Incomparab­le, decía su anuncio, del que rescatamos esta bonita viñeta. Pablo Vázquez era el agente exclusivo en Torreón.
La máquina de escribir Royal era la reina. Incomparab­le, decía su anuncio, del que rescatamos esta bonita viñeta. Pablo Vázquez era el agente exclusivo en Torreón.
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