La consciente política de ambigüedad israelí sobre su arsenal nuclear
El jefe de gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, lleva años alertando del peligro que supondría un rearme nuclear de Irán, presentándose como predicador en el desierto que busca abrir los ojos a una ingenua comunidad internacional sobre las verdaderas intenciones del país persa.
Sin embargo, es un secreto a voces que también Israel es una potencia nuclear, pese a que nunca admitió oficialmente la posesión de armas atómicas. Entonces, ¿por qué Israel puede poseer armas nucleares e Irán no?
“¿Tiene Israel capacidades y armas nucleares?”, preguntó recientemente un presentador de la cadena estadunidense CNN a Netanyahu. “Siempre dijimos que no seríamos los primeros en introducirlas (en Medio Oriente), por eso no las hemos introducido”, respondió Netanyahu con evasivas.
“Y nunca hemos llamado a la destrucción de ningún país”, se apresuró a añadir el mandatario de 68 años, en una clara referencia a Irán.
Desde hace años, Israel sigue una política de consciente ambigüedad para evitar confrontaciones sobre su propio programa atómico. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri) estima que Israel dispone de 80 ojivas nucleares. En un entorno hostil, debía servir a Israel como último recurso de defensa ante una amenaza a su existencia, así como garantizar que nunca pudiera ocurrir un segundo Holocausto.
Durante mucho tiempo se habló de forma subrepticia sobre el reactor nuclear en el desierto de Néguev. Su nombre en clave era “la fábrica textil en Dimona”.
En 2006, el entonces primer ministro Ehud Olmert desató la controversia en una entrevista: “Irán amenaza abierta y expresamente con erradicar a Israel del mapa. ¿Podrían decir que es lo mismo que Irán aspire a tener armas nucleares a que las tengan Estados Unidos, Francia, Israel y Rusia?”, preguntó entonces. Se trató de un lapsus más que de un cambio en la “política de la ambigüedad” nuclear israelí.
Y es que esa ambigüedad le permite evitar presiones y una posible carrera de armamento con Estados árabes. “Si Israel dijera que tiene armas nucleares, sería un escándalo” y podría desestabilizar la situación regional, explica el experto. “Y si dijera que no las tiene, dañaría con fuerza sus capacidades de disuasión”.