El crimen organizado ya está votando…
S í, el crimen organizado ya está ejerciendo su voto. Y lo hace a su estilo, de forma despiadada: a plomazos. A punta de ejecuciones. Ya van 19 asesinatos de aspirantes a diferentes puestos de elección popular perpetrados desde diciembre, según el recuento que publicó el sábado en
MILENIO mi compañera reportera Mariana Hernández. Son 19 homicidios de precandidatos o candidatos en cinco meses y medio, un promedio de tres por mes, casi uno cada semana. ¿Nos acostumbramos de tal manera a la violencia que ya no nos inmutamos? ¿Qué pasaría en Estados Unidos o Canadá si a mes y medio de sus elecciones generales ya tuvieran 19 ejecuciones de este tipo, con el sello de la mafia?
No veo muy alarmados a los principales funcionarios y actores políticos.
Los observo impertérritos, pululando como si nada ocurriera. Parece que 19 aspirantes acribillados no son tantos para ellos. No percibo muy ocupados con el asunto ni al Presidente ni a su secretario de Gobernación ni a su comisionado nacional de Seguridad ni a quien mande hoy en la PGR. Y de los gobernadores y sus fiscalías, ya que se trata de delitos del fuero común, ¿qué decir? No he visto que alguno entre los gobernantes plantee algo extraordinario. Nada. Los veo igual, muy campantes, inmersos en la grilla electoral, quizá algunos angustiados con las encuestas, por la probabilidad de que les vaya como a los Duarte y a los Borge si hay alternancia en sus estados, pero nada más. ¿En qué estados deberían estar más preocupados? En Guerrero, donde han ocurrido seis de las diecinueve ejecuciones; en el Estado de México y en Puebla, donde sucedieron otros seis de los homicidios (tres y tres); en Chihuahua y Jalisco, donde se produjeron cuatro asesinatos (dos y dos); y en Michoacán, San Luis Potosí y Guanajuato, donde ultimaron a tres aspirantes más (uno en cada estado). Es una cuarta parte del país: ocho entidades.
¿Qué partidos deberían estar preocupados? Casi todos: cinco ejecutados eran aspirantes del PRI, cinco del PRD, tres de Morena, tres del PAN, uno del Verde, uno de Movimiento Ciudadano y uno más del frente PAN-PRD-MC. A los dirigentes de esas agrupaciones tampoco los veo muy activos presionando para que se aclaren esos crímenes.
¿Qué necesitamos saber todos? ¿Quién los mató? ¿ Narcos, secuestradores, extorsionadores, huachicoleros, talamontes, tratantes de blancas? ¿Qué vertiente del crimen organizado? ¿Y por qué los mataron? ¿Los aspirantes eran personas limpias o los partidos no se enteraron que estaban postulando a gente con vínculos criminales? ¿Los capos los querían cooptar y se negaron? ¿Ya los habían amenazado y nadie hizo algo para protegerlos?
Muy grave: entre los 19 ejecutados había 13 aspirantes a ser la máxima autoridad municipal en Tomatlán y Jilotitlán de los Dolores, Jalisco; Tampamolón Corona, San Luis Potosí; Zihuatanejo (2) y Atoyac de Álvarez, Guerrero; Cuautitlán Izcalli y Tenango del Aire, Estado de México; Santa Clara Ocoyucan y Francisco Z. Mena, Puebla; Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, y Apaseo el Alto, Guanajuato.
Trece personas que pudieron ser alcaldes fueron ultimadas ya en este proceso electoral. ¿Cuántas más habrá de aquí al 1 de julio? Y después, ¿cuántos presidentes electos matarán? Así las cosas hoy en México, con el crimen organizado
votando impunemente a punta de ejecuciones. Y todos los políticos y funcionarios, como si nada perturbador ocurriera.
¿Y los candidatos presidenciales? No les veo buenas propuestas sobre seguridad. Ni una…