La política exterior de AMLO
Con América Latina y el Caribe queremos recuperar la agenda de desarrollo, fortalecer la proyección de lengua e identidad cultural comunes, pues México es la frontera de Iberoamérica en Norteamérica
El único candidato que llegará al debate del domingo en Tijuana con una política exterior definida es Andrés Manuel López Obrador.
Los demás candidatos no tienen un proyecto y si existe, no se conoce.
Hay uno, cuya reconocida experiencia internacional consiste en hacer gala de su buen inglés y francés, a través de spots en radio, causando la admiración de los mexicanos: wow, oh là là!
Hay otro que fue canciller de Peña Nieto, pero no podría rendir buenas cuentas de su gestión, pues en cierta medida es responsable del desastre de la relación con Estados Unidos. Dejó durante seis meses sin responsable a la embajada en Washington, justo cuando Trump comenzó su campaña antimexicana y nuestro gobierno se quedó callado.
Por eso continúan sin freno políticas discriminatorias y xenófobas, como las que practica Donald Trump, al grado de llamar “animales” a delincuentes, “violadores” y “asesinos” a mexicanos, poniendo en riesgo la integridad y la vida de nuestros connacionales en ese país.
Con Estados Unidos, el gobierno de López Obrador propone un nuevo diálogo respetuoso en ambas direcciones, defender con firmeza a los mexicanos y cooperar para el desarrollo.
Para ello es necesario replantear la relación con Estados Unidos, en un marco de responsabilidad y prudencia, pero sin permitir posturas que ofendan la dignidad nacional o atenten contra la soberanía del pueblo mexicano, con miras a lograr una política de buena vecindad.
La atención y defensa de los mexicanos en Estados Unidos será una prioridad del gobierno de López Obrador. Los consulados tendrán mayores recursos financieros y humanos para incrementar la protección de los migrantes mexicanos, como si fueran una procuraduría ante los tribunales de EU.
Sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ya vimos que no podrá ser aprobado antes del 1 de julio, por lo que corresponderá al próximo gobierno finalizar las pláticas y firmar el acuerdo, si Trump quiere.
La nueva administración revisará el marco de cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos para establecer certidumbre, reglas claras y transparencia. Se exigirá que, en su actuación en territorio nacional, las agencias de Estados Unidos en ningún caso vulneren la soberanía nacional.
Con América Latina y el Caribe queremos recuperar la agenda de desarrollo, fortalecer la proyección de lengua e identidad cultural comunes, pues México es la frontera de Iberoamérica en Norteamérica.
Se establecerá una estrategia de largo plazo con esta región, desarrollando políticas comunes en temas como seguridad, combate de hechos ilícitos y congruencia en el trato a los migrantes.
Con Europa deseamos el fortalecimiento de un orden internacional basado en principios y valores.
La relación México-UE cuenta con un nuevo marco jurídico actualizado. Un objetivo del nuevo gobierno será identificar las áreas de oportunidad en la relación con cada país europeo, desde los nórdicos hasta los mediterráneos. Especial prioridad tendrán Alemania, Francia, España y Rusia.
Proponemos una relación estratégica con Asia, especialmente con China, Japón e India.
México pasará a formar parte del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. China será en unos años la primera economía mundial. Por ello, esta nación representa una gran oportunidad en las relaciones económicas y comerciales pero también un gran reto, al ser el principal competidor de México.
Medio Oriente continúa siendo una zona altamente volátil. México apoyará los esfuerzos multilaterales en pro del diálogo y la paz en la región.
El continente africano registra la tasa de crecimiento de población más alta y, en los últimos 20 años, su nivel de crecimiento económico promedio anual fue de 5%. Existe una amplia gama de oportunidades, tanto a nivel económico como comercial.
Estableceremos una nueva vinculación con otros países de desarrollo similar como Indonesia, Turquía, Corea, Sudáfrica y Nigeria.
La política multilateral del nuevo gobierno estará basada en la Agenda 2030.
México continuará participando en las operaciones de la ONU para el mantenimiento de la paz. Asimismo, mantendrá su candidatura para ocupar un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad, en el periodo 2020-2021.
Impulsaremos la adopción de medidas encaminadas a una mayor cohesión social tanto al interior de los Estados como entre ellos, tendientes a erradicar la pobreza.
La promoción y protección de los derechos humanos en México y en el mundo será uno de los hilos conductores de la política exterior del gobierno de López Obrador.
México se ha visto seriamente afectado por las consecuencias del cambio climático. Por ello, mantendrá un firme compromiso con el cumplimiento del Acuerdo de París.
México insistirá en que la migración no es un problema en sí, sino un fenómeno inherente a la humanidad misma. La migración no puede ni debe ser criminalizada. Para encararla de manera adecuada, se deben abordar sus causas desde la raíz como la pobreza, la falta de oportunidades, la inseguridad, el cambio climático y los conflictos.
El documento íntegro se puede leer en la página web proyecto18.mx.