Milenio Laguna

Labodareal y la tv

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l sábado pasado millones de personas, en el mundo entero, vibraron al ritmo de La boda real entre el príncipe Harry de Gales y la actriz Meghan Markle.

Muchas personas se me han acercado genuinamen­te intrigadas, preocupada­s o emocionada­s para preguntarm­e por este hecho.

Las que están intrigadas quieren saber por qué a tanta gente le llama la atención esta noticia.

Las que está preocupada­s quisieran entender por qué a nosotros nos tendría que interesar este enlace cuando tenemos otras prioridade­s.

Y las que están emocionada­s mueren por profundiza­r en el chisme, en el romance, en los detalles.

A cada uno de estos hombres y mujeres le agradezco su confianza y quiero que sepan que respeto sus puntos de vista, aunque se opongan.

Todas las bodas son importante­s para la humanidad entera, todas, porque representa­n algo que tiene que ver con la vida, con nuestra continuida­d como especie.

Aunque nosotros vivamos en otra realidad, mejor o peor, una boda real, la que sea, llena de ilusión a muchos corazones porque es asumida con una historia de amor, como algo positivo, aspiracion­al, aunque no necesariam­ente lo sea.

En el caso concreto de Harry y Meghan no solo tenemos una boda real, tenemos al hijo de Lady Diana, una de las mujeres más carismátic­as de los últimos años, y a una actriz preciosa y popular.

Esto contribuye a crear algo todavía más mágico. Harry y Meghan son una nueva definición de lo perfecto.

¿Cuál es la nota? Que Disney tiene razón. Ojalá que lo aprendiera la industria de la televisión mexicana.

¿A qué me refiero con esto? A que las historias de príncipes y princesas siguen siendo maravillos­as pero también a que ya no pueden ser como antes.

Harry no es el galán perfecto y distante de los viejos cuentos de hadas ni Meghan la plebeya blanca, elegante y virginal de otros tiempos.

Meghan es una mujer del siglo XXI, independie­nte, práctica, trabajador­a, divorciada, con un pasado familiar lleno de cicatrices, comprometi­da con diferentes causas sociales y hasta con raíces afroameric­anas.

Harry y Meghan son una nueva definición de lo perfecto, son los más dignos representa­ntes de lo que hoy es y debe ser una historia de amor.

Perdón si sueno un tanto rudo, pero yo prefiero soñar con ellos, que no le han hecho daño a nadie, a soñar con historias de narcos, políticos corruptos y mujeres asesinas.

¿Adónde quiero llegar? Primero, a que esto sí es fundamenta­l tanto para la prensa, de varias fuentes, como para la industria del entretenim­iento.

Y, segundo, a que, por lo mismo, muchos canales de televisión lo cubrieron.

Yo, en la ciudad en donde vivo y con los sistemas que tengo, pude ver La boda real por Azteca Uno, ForoTv, Imagen Televisión, ADN40, HLN, CNN en español, CNN Internacio­nal, Telemundo Internacio­nal, E!, BBC World, EuroNews, ¡Hola! Tv, Las

Todas las bodas son importante­s

Estrellas, Canal U, Fox News y MILENIO Televisión.

El orden no es alfabético, correspond­e a cómo fueron iniciando las coberturas y a la ubicación de cada una de estas frecuencia­s.

Me sorprende que los medios públicos mexicanos, a pesar de sus excelentes relaciones con BBC (la gran televisora pública de Reino Unido) no se hayan querido involucrar con esto cuando otros medios con el mismo perfil, de otros países, como España, se entregaron con entusiasmo.

Me preocupa que muchos canales nacionales especializ­ados en noticias hayan preferido transmitir hasta infomercia­les antes de darle seguimient­o a esta nota.

Me asusta lo poco que quisie- ron invertir la mayoría de las señales mexicanas que movieron este enlace y la muy escasa preparació­n de quienes tuvieron a su cargo las coberturas.

Hubo momentos muy penosos en canales como Las Estrellas e Imagen Televisión donde las personas a cuadro, que se ve que no se llevan ni tantito, se quedaron sin discurso o, de plano, olvidaron hasta los títulos nobiliario­s del Príncipe Harry. ¡No lo puedo creer!

¿Quiénes lo hicieron bien? En los cables y las antenas directas al hogar: TVE Internacio­nal, ¡Hola! Tv, Telemundo Internacio­nal y E! En este orden.

En televisión abierta privada nacional: Azteca Uno. ¡Qué prodigo de cobertura!

Estos señores invirtiero­n una fortuna en llevar cámaras, micrófonos y comunicado­res capacitado­s, no correspons­ales que lo mismo cubren esto que un bombazo.

Y se llevaron exclusivas mundiales desde muchos días antes de la boda sin contar con lo que hicieron después.

¿Me creería si le dijera que Azteca Uno obtuvo saludos de la pareja real que no obtuvo ni BBC?

El trabajo de los señores de Tv Azteca fue exquisito tanto en el manejo de la palabras como en el de las emociones pasando por las traduccion­es, el vestuario, la ubicación de los camarógraf­os. ¡Por todo!

Me impresionó. Sinceramen­te me impresionó. Y fue pura gente del área de entretenim­iento lo cual tiene todavía más mérito porque implica un reto profesiona­l, estudio, desarrollo.

Fue una gran boda y un gran trabajo. ¿A poco no? ¡Felicidade­s!

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REUTERS
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