AMLO, sus votos en Puebla y los estados
Falta un mes para la jornada electoral del 1 de julio. El escenario está definido: Andrés Manuel López Obrador ganará y será el próximo presidente de México; más aún, existen amplias posibilidades de que la coalición Juntos Haremos Historia obtenga la mayoría en ambas Cámaras del Congreso de la Unión. Las intenciones de voto se convertirán en votos, basta ver las muestras de apoyo que recibe a diario López Obrador, como la que documentan los medios de comunicación en el avión en que se trasladó a Puerto Vallarta.
En esta campaña, la geografía electoral ha tenido un cambio sustancial. En los estados del sur, las intenciones del voto han crecido de una manera exponencial, particularmente en estados como Guerrero, Morelos, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Puebla, donde las preferencias por López Obrador se acercan a 60 por ciento.
Qué decir de Ciudad de México, donde la preferencia a su favor es, por decir lo menos, abrumadora.
Sin embargo, el cambio más notable se presenta en los estados del norte, particularmente en Nuevo León, Sonora, Tamaulipas, ni qué decir de las bajas californias y de la Comarca Lagunera.
Si bien a escala nacional las tendencias en la preferencia de voto se encuentran definidas, una de las aristas fundamentales de la estrategia de los grupos que pretenden aferrarse al poder a escala estatal es la promoción del voto diferenciado.
Ven la elección presidencial perdida y han hecho a un lado a sus candidatos presidenciales, José Antonio Meade o Ricardo Anaya, según sea el caso, para concentrarse en sus nichos de poder local. Han
intentado de todo y han fracasado estrepitosamente.
Una de estas entidades es Puebla, que en los cálculos iniciales tendría que aportar más de un millón 250 mil votos a López Obrador. Ahora estamos seguros de que se rebasará por mucho esta meta y que no habrá voto diferenciado.
Aquí Rafael Moreno Valle comanda una estrategia para intentar desprestigiar a los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia, de manera desesperada su objetivo es que Martha Erika Alonso gane la gubernatura. Ha fracasado. La candidata de la coalición Por Puebla al Frente se desplomó y eso los ha colocado en una franca desesperación.
Han renunciado a realizar una campaña para conseguir el voto ciudadano. Ahora solo se despliegan en dos frentes: por una parte, continuar con su guerra de lodo, aunque anticipo que no tendrá ningún éxito; y por la otra parte, preparan el fraude electoral con la inducción y compra del voto, con la alteración de actas y con una larga lista de mañas y prácticas que es de todos conocida. Desde ahora nos estamos preparando para enfrentar esta nueva ofensiva del morenovallismo para conservar el poder en Puebla.
Un elemento más que estará presente en este último mes de campaña es que las militancias del PAN y del PRI, cada día con mayor frecuencia, han expresado su apoyo a Andrés Manuel López Obrador y a todos los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia. Vemos un voto parejo y una tendencia creciente a nuestro favor. *Candidato al gobierno de Puebla
En la entidad, en Guerrero, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Tabasco las preferencias por López Obrador se acercan a 60%