En el Congreso del
Estado de Durango se creó un Instituto dedicado a las personas de edad avanzada, pero en la actualidad se encuentra sin funcionar por falta de recursos financieros
Luego de 37 años abandonado, Benito Hernández pide limosna en el centro de la ciudad de Durango. Cumplió 109 años recién. Los trabajadores de los negocios cercanos a poste de concreto donde se siente detrás de una andadera chueca y con las llantas rotas, le dan de comer. En un buen día llega a ganar 120 pesos, pero en ocasiones no hay monedas dentro de la gorra que utiliza para recolectar el dinero.
Él es uno de los tantos ancianos que ha sido abandonados por sus familiares.
En el Congreso del Estado de Durango se creó un instituto dedicado a las personas de edad avanzada, pero se encuentra sin funcionar por falta de recursos financieros.
Y es que se estima que un 60 por ciento de las familias abandona o abusa de sus mayores por encontrarse en estado de indefensión, y se legisla para que los hijos pierdan derechos hereditarios en caso de certificar malos tratos.
En el municipio de Durango, en ocasiones reciben denuncias de familiares que administran las tarjetas de las pensiones o programas gubernamentales.
Oscuridad en el hogar, luz en la calle
Benito Hernández, es un anciano que en el centro de la ciudad de Durango es conocido, pero invisible para las autoridades. Relata que cuenta solamente con una pequeña casa y el acompañamiento de Dios, y la gente no lo abandona, como lo hicieron sus hijos, que desde a Benito Hernández tiene 37 años abandonado. muerte de su esposa, lo dejaron a su suerte. En ocasiones gana hasta 120 pesos al día, pero en otros nada.
Recuerda que conoció Francisco Villa, quien robaba ganado para alimentar a las personas que lo rodeaban. Y es que Benito no conoció a sus padres, y una mujer lo recogió lo crío junto a una chiva. Siempre al amparo de Dios, quien lo acompaña.
Sus dos hijas, una que se encuentra en la ciudad de Guadalajara y la otra en la capital del país, pero no lo atienden desde hace 37 años.
Vive en una pequeña casa con láminas por techo y mosaico en la colonia Las Palmas, y que fue Ismael Hernández Deras y Catalina Mercado fueron los que ayudaron edificarla.
No sabe dónde quedan las oficinas de las dependencias encargadas del Desarrollo Social, y no se le ha atendido. Saca de una bolsa de yute un tríptico de alguna dependencia, de lo viejo y doblado no se alcanza a ver. Incluso lo muestra de cabeza.
Durante la entrevista personas salida a Benito y otras colocan monedas en la gorra mientras agradece con la cabeza para no perder el hijo de la respuesta.
Instituto sin funcionar
Marisol Peña, presidenta de la Comisión de Atención a Personas con Discapacidad, Enfermos terminales y de la Tercera edad, dijo que se creó un instituto para atender a las personas de la tercera edad. Y no se encuentra en funcionamiento. Y las propuestas hechas por Se estima que un 60 por ciento de las familias abandona o abusa de los mayores